IMÁGENES TAURINAS MEXICANAS. REVELADO Nº 12: Magdaleno Vera, picador de toros.
Por: José Francisco Coello Ugalde
Un picador de toros hacia 1875 que combina el pantalón
charro y una casaquilla torera primitiva (sic).[1]
Originalmente, este daguerrotipo estaba ubicado en 1875. Sin embargo, un detenido análisis permite reubicarlo entre 1857 y 1859. Fue obtenido por el francés Désiré Charnay bajo el título de “Tipos populares”, y hasta ahora viene a ser la primera imagen con tema taurino tomada en México, antes de la de “Galini, y Cía” del 25 de diciembre de 1864 y la estereoscopía que nos muestra el interior de la plaza de toros del “Paseo Nuevo”, hacia 1870 que pronto será motivo de análisis.
El personaje, según la conclusión a que puedo llegar no es otro que Magdaleno Vera, famoso picador de toros, tanto o igual que Juan Corona, el de la “famosa vara de otate”. Ambos, integrantes de la cuadrilla de Bernardo Gaviño.
Esta imagen ayudará a entender un poco el asunto que traté en el “Revelado” anterior, al referirme al uso de una vara cuyo remate era la parte metálica en forma de una pequeña bola, lo que en su época se denominó “limoncillo” (además, en “Figuras, figuritas y figurones”, donde veremos un poco de la vida azarosa y rocambolesca de un aventurero del toreo, también nos toparemos con que en la foto aparecen algunos picadores empuñando la misma arma).
Y miren ustedes a don Magdaleno, vistiendo una chaquetilla con los bordados típicos de la época, sin carga ni recarga de otra cosa que las costuras abultadas de los hilos que pendían de dicha prenda. Quizá lleve un pantalón de tela flexible llamada en la época “taurina”, faja de varias vueltas y un sombrero de fieltro, de copa baja y redonda, no se sabe si de una o dos toquillas que da a ese rostro adusto, con fuerte carga del mestizo el continente perfecto para reconocerlo picador de vara larga. La imagen no puede ser más explícita si vemos que a su izquierda está colocada la silla de montar y una anquera, ese elemento que se convirtió en protección primitiva de los caballos durante las tardes de toros al mediar el siglo XIX. La anquera no es más que una pieza de cuero, que va sujeta a la silla de montar, con objeto de cubrir las ancas y que le quita las «cosquillas» a los caballos.
28 de febrero de 2011.
[1] Heriberto Lanfranchi. La fiesta brava en México y en España. 1519-1969, T. I., pág. 177.