UN “COMBATE”… NO NECESARIAMENTE TAURINO.

POR: JOSÉ FRANCISCO COELLO UGALDE

    Hace algunas semanas, tuve la oportunidad de ser invitado por el Lic. José Amalio Ballesteros, reconocido taurino, para visitar el rancho “Yeregé”, de su propiedad, el cual se encuentra en el estado de Michoacán. Es un sitio muy bello, emblemático, que acumula más de cuatro siglos de historia y por el que tiene un afecto entrañable. Por cierto, en el pasado se ostentó como una hacienda ganadera que debe haber nutrido de toros a diversas fiestas, destacando entre otras, las que ocurrieron en 1789 con objeto de celebrar al virrey Marqués de Croix, al Visitador José de Gálvez y el Ayuntamiento de la Ciudad, hecho que ocurrió en la plaza de toros el Volador, para lo cual fueron adquiridos sesenta toros, vendidos por el entonces propietario don Juan Francisco Retana. Hecha la aclaración del caso, vuelvo al recorrido por sus diversas instalaciones. Entre otras, la “troje”, ese lugar destinado al almacenaje de granos y semillas. Hubo momento en que pudo pasarse a su interior, y en él, me encontré con un interesante “paisaje” consistente en parte de la cosecha del maíz en sus dos colores, tal y como se puede observar en la siguiente fotografía:

Al centro, se encontraba esa vara seca de una de las matas de maíz, donde se sostenía una mazorca. Cuando el Lic. Ballesteros me dijo que eso equivalía al “Combate”, de inmediato busqué elementos para explicar el mensaje de dicha señal, y he aquí la respuesta.

   “Combate” es la celebración anual en las haciendas, a la terminación de las cosechas. Consistía en diversos festejos verificados exclusivamente en honor de los peones. Se les servía abundante comida; había música, palo ensebado, toritos de fuego, bailes y demás diversiones propias de la gente del campo; se les obsequiaba, además, con diversas prendas de vestir.

   Así que el compromiso quedó estipulado en una rica y abundante comida a la que está obligado por semejante gratitud de la naturaleza.

   Pero el hecho no queda ahí. En una antigua fotografía que he encontrado al paso de mis revisiones, me detengo ante una que apareció en un número del Sol y Sombra, publicación española de finales del siglo XIX y primeras dos décadas del XX. Allí, en un ejemplar de 1902 apareció de manera asombrosa un hecho similar que aquí reproduzco.

   Según el “pie de foto”, dicha imagen se produjo en la hacienda de San Diego de los Padres. El fotógrafo, en algún momento reunió a los invitados, pero también a un grupo importante de trabajadores, acompañados algunos de ellos de sus esposas e hijos. Casualmente la imagen fue hecha en un sitio que si bien no es la “troje”, debe ser, por otro lado algún lugar inmediato a dicha dependencia. Pero lo curioso del caso es que el “supuesto ganadero de Atenco”, marcado con el Nº 1, sostiene una vara, y en ella no está una, sino varias mazorcas.

Costumbre inveterada esta del “Combate”, que generó un vínculo muy especial entre hacendados y sus dependientes, pero que, como ha venido comprobándose, no se perdió. Sigue siendo una práctica en nuestros días.

   Termino apuntando que tengo mis dudas al respecto. En las pocas imágenes que existen sobre los hermanos Barbabosa, sobre todo aquellas que se remontan a principios del siglo XX, ninguno de ellos se dejaba la barba. Eso sí, unos bigotes, quizá uno más de esos aderezos faciales que marcaban distinción y aristocracia, según los dictados de la época. Además, el señor que aparece identificado como D. Manuel García, apoderado de “Reverte” tiene, en todo caso, una enorme semejanza con don José Julio Barbabosa, ganadero de Santín. La actitud de desparpajo y arrogancia con que se deja retratar no puede ser sino la de el propietario de los “toros nacionales”. Véanlo en estos dos acercamientos.

Conclusión: Si el señor que atribuyen como el ganadero de Atenco no es en realidad, puedo sugerir que podría tratarse de Juan González o Manuel Terrón, personal de confianza de D. José Julio Barbabosa. Y si el apoderado de “Reverte” no es el dicho apoderado, también podría concluir insinuando que no es otro que José Julio Barbabosa.

   Total que por el pretexto de un “Combate” pasé a otro “Combate” con el respectivo desmenuzamiento de la imagen, no sé si para desmentir, aclarar, o para confundir aún más en este intento por aproximarme a la realidad. Espero me dispensen sus «mercedes»…

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