POR: JOSÉ FRANCISCO COELLO UGALDE.
Encuentro en La Antorcha, D.F., y en los ejemplares publicados entre abril y mayo de 1833 las siguientes noticias:
6 de abril de 1833, p. 4: DIVERSIONES PÚBLICAS. Se ha concluido la plaza de Toros de la plazuela de S. Pablo, y mañana debe ser su primera función. La hermosa vista que ella presenta y el especial gusto y elección del empresario, nos prometen que presentará una diversión excelente y completa en su género.-También hay toros de once en la de Necatitlán y Alameda.
7 de abril de 1833, p. 4: TOROS. En la plaza de S. Pablo, en las tardes de estos tres días y en la de Necatitlán, hoy y mañana, de once; y pasado mañana en la tarde.
9 de abril de 1833, p. 4: TOROS. Esta tarde en las plazas de S. Pablo y Necatitlán.
20 de abril de 1833, p. 4: TOROS. Mañana en la tarde, en las plazas de S. Pablo, Necatitlán y Alameda.
4 de mayo de 1833: TOROS. En la plaza de la Alameda, de once; y en la de S. Pablo y Necatitlán, por la tarde.
18 de mayo de 1833, p. 4: TOROS MAÑANA. En la plaza de la Alameda de once, y en la de Necatitlán y S. Pablo en la tarde.
25 de mayo de 1833: TOROS. En las plazas de S. Pablo y Necatitlán, por la tarde; y en la Alameda de once.
Pues bien, entre ese conjunto de tardes, pudo haber correspondido, como se sabe, la presentación de Bernardo Gaviño en ruedos mexicanos. En 1884, El Arte de la lidia había advertido que el diestro portorrealeño llegó a nuestro país en 1829.
Cuando Bernardo Gaviño y Rueda surcó el mar y llegó a estas tierras entre 1829 y 1835 (entrando quizá por el puerto de Veracruz luego de haber estado en Montevideo y en la isla de Cuba), la situación política, económica y social era la de un país con el deseo de encontrarse a sí mismo. No resultó fácil, por lo que el progreso era lento, en tanto que las guerras y diferencias se intensificaban. Como español seguramente enfrentó el rechazo habido para con los europeos, derivado de tres siglos novohispanos, bajo una estela dolorosa que seguía presente luego de la emancipación, en medio de ese lento proceso del nuevo estado-nación asumido por México.
Sin embargo, es probable que un golpe de suerte lo ayudara en su destino: se presentó como torero, hecho con fuerte carga de misterio por la escasa información al respecto, salvo un par de visiones; una por escrito, la otra al óleo que legaron dos extranjeros: El viajero francés Mathieu de Fossey quien en su Viaje a México describe cuanto ocurrió en la Real Plaza de toros de San Pablo, la tarde del 19 de abril de 1835 y John Moritz Rugendas, nacido en Augsburgo, ciudad alemana, y cuya obra data de 1833. Por lo tanto, no se tiene bien a bien el dato preciso en que Bernardo pudo haber actuado por primera vez en ruedos mexicanos. Sin embargo, ambos testimonios posiblemente reflejen en su contenido esa singular presencia.
A todo lo anterior, uno se hace la pregunta, ¿y dónde estaba ubicada dicha plaza de San Pablo?
Gracias a la ayuda de cierto material de la época y a las tecnologías de nuestro tiempo, es posible tener localizado el sitio exacto, para lo cual edité varias imágenes que ahora comparto con ustedes.
Dicha plaza estuvo, desde 1788 y hasta 1864 en que dejaron de darse los últimos festejos, exactamente a espaldas de la iglesia de San Pablo, muy cerca del barrio de la Merced. Todavía a principios del siglo XX quedaban algunas evidencias y hasta Lauro E. Rossell nos cuenta que a su vez, algunos vecinos le habían referido de la presencia de ciertos muros que correspondían a los toriles, y desde luego a las bardas perimetrales. En nuestros días, y gracias al apoyo de Google Earth, se puede ubicar el sitio exactamente entre las calles de San Pablo, Jesús María, Topacio y Fray Servando Teresa de Mier. En las imágenes comparativas o superpuestas, es como se consigue entender la ubicación de aquella famosa plaza.
Finalmente añado a estas puntualizaciones la reproducción de un cartel, el primero que encuentro en la prensa de la época y que refiere ya, con todas sus letras, el nombre de plaza de toros. Corresponde al año de 1844, once años después de las noticias mencionadas al principio de estas Curiosidades.
Es probable que en dicha ocasión se hayan lidiado toros de Atenco, debido a que el domingo 8 y luego el viernes 27 del mismo mes de septiembre, dichos festejos se concretaron con ganado atenqueño.