DE FIGURAS, FIGURITAS y FIGURONES. Nº 31. 1 de 2.
POR: JOSÉ FRANCISCO COELLO UGALDE.
Manuel Rodríguez Sánchez Manolete, in memoriam. 65 aniversario de su muerte.
Sobre Manolete se ha escrito todo…, o casi todo. Una figura con la dimensión del cordobés, creo que nunca terminará de ser valorada o estudiada. En los poco más de 25 años que llevo enriqueciendo mi “Tratado de la poesía mexicana en los toros. Siglos XVI-XXI”, que ya supera las 1700 muestras, he encontrado, para esta ocasión, una manera muy apropiada de rendir homenaje a tan grande figura que fue a morir en Linares, aquella tarde del 29 de agosto de 1947. Dada la cantidad de materiales reunidos, y donde seguramente puede haber algunos más por ahí, me propongo presentar en dos partes esta particular ofrenda.

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1945
MONÓLOGO TAURINO
¡Y olé! Y ¡olé!
En Córdoba fue:
nació Manolete
y ¡olé!
Pero oiga usté:
En Texcoco fue:
Nació el gran Silverio
¡y pa´ qué!
En Córdoba la sultana
nació el MONSTRUO del toreo,
y se desmayó su hermana
al ver un crío tan feo.
Y en Texcoco, indiano suelo,
nació Silverio ¡arma mía!
y al verlo azotó Carmelo
que era más feo todavía…
En Córdoba fue…
nació Manolete
¡Y olé! Y ¡olé!
Y en Texcoco fue:
nació el gran compadre
¡y pa´ qué!
Manolete, Manolete,
arte, señorío y coraje,
que al torear se está más quieto
que la Torre el Homenaje.
Silverio, Silverio Pérez,
faraón de Faraones,
¡Ay compadre qué feo eres!
¡Pero con cuántos calzones!
Julio Romero de Torres
debió pintarte, Manuel:
Tal pintor pa´tal torero,
tal arte pa´tal pincel.
Y a ti, Silverio, aunque fuera
el que un cuadro te pintara
el propio Diego Rivera
¡Hasta guapo te sacara!
Serio torero izquierdista,
asombro del natural,
temple, quietud, señorío,
quintaesencia escultural:
Lentitud, mando, arrogancia,
arte clásico y profundo:
¡Ay Córdoba, tu fragancia
aromando al nuevo mundo!
Porque sí señó
en Córdoba fue:
Nació Manolete
y ¡olé! Y ¡olé!
Pero todo eso se acaba
cuando un indio no se humilla
y saca de un trincherazo
sangrando la taleguilla;
cuando un Procuna refina
gracia, tragedia y sabor
y hasta la manoletina
le mejora a su inventor;
cuando con todos los toros
siempre maestro y confiado
liga Fermín su faena
en medio metro cuadrado.
Pensando en México siempre
en los toros nos montamos
porque si «allá» tienen casta
aquí hasta les regalamos.
Dizque era el número uno
Manolete el cordobés;
porque no había ninguno
que le parara los pies;
Y vino a darnos picones
sin ver que en estos confines
ante un Silverio a los monstruos
les dan hasta colerines.
Y pa´demostrar que es cierto
más de un cilindrero queda:
¡También en Texcoco hace aire
y en Saltillo polvareda!
Y ya el señó Manué
como -bonitos o feos-
los aztecas no se rajan
¡Mas que no les den trofeos!
Porque sí señó
en Córdoba fue:
Nació Manolete
y ¡olé! Y ¡olé!
Pero óigame usté
en Texcoco fue:
Nació el gran Silverio
-¡¡¡y pá´qué!!!
GUZ AGUILA.
Ca. 1947
Mi entrañable amigo Juan Elías Miletich, me envía estos versos, cuyo origen posiblemente sean los de un corrido dedicado post morten a Manolete, con el comentario de que otro peruano, el ingeniero Bartolomé Puiggrós, -jefe de la página taurina de El Comercio- recuerda de niño haber tenido en casa discos con dos corridos dedicados a Manolete, de los que no recuerda títulos, autores ni intérpretes, salvo la letra de uno de ellos, que la recita cada que se acuerda y que sospecho no debe ser del todo exacta. Terminado el preámbulo te traslado ese tema de investigación y la probable letra del corrido antes aludido:
LICENCIA PIDO SEÑORES…
Licencia pido señores para empezar a cantar,
si cometo mis errores me los van a dispensar.
Se trata de un gran torero que siempre será inmortal,
que nos dejo un gran recuerdo que no se podrá olvidar.
A México conquisto tan pronto nomás toreo
y de todo corazón nunca lo podrá olvidar.
Una tarde que alternaba con Luis Miguel Dominguín,
el publico lo acechaba sin pensar que iba a morir.
Dominguín fue aclamado delirante en su primero,
estuvo muy acertado y dio la vuelta al ruedo.
En el quinto Manolete salió dispuesto a triunfar,
sin pensar que ese toro le iba la vida a quitar.
Por mala suerte la suya o ya se la había llegado,
porque ese toro de Miura lo cogió por un costado.
Las palomitas volaron con dirección al oriente,
mis versos se han terminado,
que Dios guarde a Manolete.
1947
Corrido a la muerte de Manolete.
Agosto cuarenta y siete,
el mundo se consternó
¡porque una fiera de Miura
a “Manolete” mató,
fue en la ciudad de Linares
donde el diestro sucumbió,
por matar a su adversario
también su vida perdió.
De toda España a él llegaban
en aviones los doctores
querían salvarle la vida
al rey de los matadores,
toda la ciencia moderna
con el diestro fracasó,
su destino estaba escrito
así lo mandó el creador.
“Manolete”, “Manolete”,
la afición toda te llora,
te manda flores al cielo,
porque estás allá en la gloria.
El cordobés con cariño,
quiero a México exclamaba,
porque es mi segunda patria,
después de España adorada.
Tu recuerdo queda vivo
como valiente en la historia
porque tú te coronaste
en muchas tardes de gloria.
La cuadrilla de Manolo
en su lecho está presente,
despidiendo con su llanto,
al torero más valiente,
adiós torero grandioso,
la fiesta pierde una espada,
tu fama queda en la historia
con letras de oro grabada.
Saturnino Ibarra Galindo.
1945
In Memoriam…
La turba que el circo llena
sus instintos desenfrena,
¡y como un mártir romano
deja su vida en la arena
un caballero cristiano!
Su muerte siembra de cruces
los cortijos andaluces
y en desolado tributo
hoy llevan ropas de luto
los que ayer trajes de luces.
Madre –España- sin consuelo
tu duelo enluta su suelo,
¡pero si vieras, Manuel,
con qué amor, tan hondo y fiel
llora México tu duelo!…
Apagan su luz los soles
mexicanos y españoles
y un llanto en perlas desgrana
por ti la Guadalupana,
y el Cristo de los Faroles…
Tu muerte, que es vida, alabo,
¡debiste morir así!
Un pueblo, de tu arte esclavo,
te otorga orejas y rabo
¡Y un Miura rueda ante ti!
Tomás Perrín.
1947
El último gladiador…
No era un hombre triste:
era hombre urgido de presentimiento;
quien le vió el rostro bien, supo el misterio:
no había en él enigma;
era la esfinge sin preguntas.
Estaba lleno de contestaciones.
¡Pobre carne de triunfo!
Más que un traje de luces, era
una loriga de gusanos de oro…
La muerte estaba cierta,
sin prisas, sin premuras… como
la adormecida flámula en la mano.
Triste está el mundo, triste; pero
ante el perfil agudo
del gladiador inmóvil en la arena,
quizá el mundo, diga:
gladiador, sí, ¡pero el último!
Leopoldo Ramos.
1947
Responso lírico.
Galoparon los sollozos
Y despertaron los rezos,
Entre los cirios derechos
Cual lirios repesadilla.
Bajo la cóncava lona
Cuelgan sus ojos llorosos
Del filo de la mantilla,
Las mocitas de la villa
De Córdoba la moruna.
Se durmieron los bordones
De los cantares flamencos;
Asomaron los crespones
A la ronda de los rezos.
§
En una plaza de pueblo
Y en lance de caballeros,
Ha muerto Manuel Rodríguez,
Hijo y nieto de toreros.
Bajo la lumbre del Sol
Rubia como manzanilla,
Cambiando vida por vida
Cayeron toro y torero.
Estampa de maravilla
Del arte fúlgido y bravo.
Sangre de casta en el viento,
Flameando cual bandera
En un asta vengativa,
Y un bruto que va doblando
Casi hasta la cruz hundida,
La espada donde la moña.
Horror de luto emponzoña
La angustia de los sentidos.
Ha nevado en los tendidos
Prendidos de sol de agosto…
¡Qué pena de los que vieron
El largo y pálido rostro,
En aquella despedida
Definitiva y postrera!
¡Pálida mano de cera
Crispada sobre el trofeo…!
Ya sólo con el recuerdo
Podréis mirarlo en el ruedo,
Con la figura de tallo
Ceñida en la rebolera.
§
Silencio de velo y seda
En valla de ojos mojados
Y de mentones clavados
En la pena de los pechos.
Va sobre el féretro negro
El capote de paseo…
¡Treinta años…!
Sólo de verlo…
Se puso a llorar el cielo…
Gustavo Rueda Medina.
1947
“MANOLETE”
-CORRIDO-
Al Sr. Don Antonio Algara
Empresario de la Plaza de
toros “El Toreo”.
Escuchen este corrido
que ya me tiene con brete
del torero más querido
de todos fue Manolete.
Con mi guitarra en la mano
y enlutado el corazón
se lo brindo a la afición
y a mi suelo mexicano.
Torero de pundonor
Manolete siempre fue
al que le sobró el valor
siempre lo recordaré.
Dondequiera fue atrevido
por su vergüenza cabal
fue en la provincia cogido
de un Miura muy criminal.
Nunca le templó a la muerte
Manolete se arrojaba
porque confiaba en su suerte
a los ruedos se tiraba.
En una de las corridas
que tenía en muchos lugares
las que no fueron cumplidas
por la última en Linares.
Manolete les mostraba
a sus queridos paisanos
que el valor le pajueliaba
como aquí a los mexicanos.
Toreaba con hidalguía
y el público con alarde
cuando en eso lo prendía
su segundo de la tarde.
Lo empitonó con tal saña
que nunca se imaginó
en las arenas de España
Manolete se quedó.
Ahora su tierra querida
siempre guardará memoria
lo recordará la historia
todo el resto de su vida.
Por la tremenda cornada
que la afición presenció
toda en masa, consternada
rabo y oreja pidió.
Para el torero grandioso
que un día en Córdoba nació
al momento pesaroso
el Juez se las concedió.
La ofrenda y el gallardete
que apretujaba en sus manos
al expirar Manolete
recordó a los mexicanos.
Fue muy terrible cogida
La que el diestro recibió
Por la que perdió su vida
Toda su tierra enlutó.
Nunca le importaba el miedo
Como torero español
Quedó tendido en el ruedo
Mirando su cara al sol.
Inútiles resultaron
Todos los especialistas
Porque a cual más pesimistas
Su vida no aseguraron.
Se pidió hasta una Eminencia
Y éste al ver la cosa fea
Dijo Jiménez Guinea:
Aquí no pudo la ciencia.
Este ya es caso perdido
Pues la cornada es mortal
Por la sangre que ha perdido
No hay remedio: esto es fatal.
Yo aquí no puedo hacer nada
Debo de hablar con franqueza
Me causa honda tristeza
Esta terrible cornada.
Llamen a sus familiares
Urgente y sin dilación
En Córdoba está su madre
Que venga con precisión.
Ya estaba clareando el día
Jueves en la madrugada
Manolete en agonía
Daba la última boqueada.
Las cinco y cuarto marcaba
El reloj ese momento
A esa hora expiraba
Con su vista al firmamento.
No supo sentir golilla
A ningún toro jamás
Rodeado de su cuadrilla
Con Dominguín murió en paz.
Lágrimas muchas rodaron
De amigos en esta vez
Cuando todos contemplaron
Moribundo al cordobés.
Del destino fue injusticia
Cualquiera lo comentó
Cuando vieron la noticia
Que en México apareció.
España se halla de duelo
Con muy sobrada razón
También México mi suelo
Enluta su pabellón.
Adiós sus manoletinas
Que fama y nombre le dieron
En las llaves asesinas
De un miura se despidieron,
Manolete fue el torero
De la época bien querido
De todo México entero
Más por donde fue nacido.
Manuel Esquivel.
1947
EPITAFIO.
¡No yace aquí!… Sería muy pequeño
Si, bajo aquesta losa reposara
Aquel grande torero que dejara,
La vida, entre los cuernos de un miureño.
El debe de dormir, su dulce sueño,
Sobre la rubia arena que pisara
Y, al toque de clarín, resucitara
Para lograr la forma de su empeño.
Haremos que el ilustre CIDE HAMETE
Escriba, sus hazañas de torero,
En forma tal, que el tiempo las respete.
¡Detente ante esta piedra, viajero!
Y, si al mirarla, el llanto te acomete,
No llores más, arroja tu sombrero.
A don MANUEL RODRÍGUEZ “MANOLETE”
México, Agosto de 1947.
Antonio Ximeno.
1949
MANUEL RODRÍGUEZ SÁNCHEZ
MANOLETE
-¡Madre! La Luna me llama
y junto al río me espera,
que esta noche es noche clara,
que esta noche es noche bella.
Es noche de nocharniegos.
Es noche de amor en vela.
Es noche en que los mocitos
urden, con oros, querellas.
Por si faltara la luz,
con la luna va una estrella.
¿No ves su manto de nácar?
¿No ves su capa de seda?
Esa capa es para mí,
será la capa torera
con que burle a las vaquillas
en esta noche serena.
Una noche en que la Luna,
con un lucero a su vera,
de parranda, tras los montes,
iba persiguiendo estrellas,
le prometí que otra noche
le brindara una faena
si me prestaba su capa
bordada con luz y sedas.
Y allí la tienes, mi madre:
¡Mírala cómo hace señas!
¡Me llama, madre, me llama!
Allá, junto al río, espera.
Y mi palabra es de rey.
No puedo faltar a ella.
¿Verdad que debo de ir?
¿Verdad, madre, que me dejas?
No llores, madre, que vuelvo;
que me protege una Reina:
La Virgen de las Angustias
que pende de esta cadena.
Que la llevo junto al pecho,
fundida mi carne en ella,
desde el día, día en rosas,
en que tú me la pusieras.
Dame un beso, madre santa.
Dame un beso, madre buena,
que el río queda muy lejos
y la Luna se impacienta.
-¡Ay, hijo, que el sino manda!
Un sino en que veo penas;
pero no ha de ser tu madre
quien ponga a duelos barreras.
Llevas sangre de toreros
despeñándose en tus venas.
¡También en sangre florecen
los sueños de mis quimeras!
Vete, mocito, tranquilo,
a envolverte en luz y sedas,
que, si a la Virgen te guía,
tu madre tranquila queda.
Si ese ha de ser tu camino,
será que así Dios lo quiera;
que si Dios planta jazmines,
también es Dios quien los lleva.
¡Ay, que pusiste un clavel
a caballo de tu oreja!
¡Ay, no lo vuelva rubí
la madrina que te espera!
Y en Córdoba habría de ser:
Córdoba, extraña y severa.
En la Mezquita, rosarios,
filósofos en la arena.
Estoicos con capotillo.
Manteos con sal torera.
Caballeros con cárieles.
Sol de luna en la pelea.
Y en Córdoba habría de ser
donde este Manuel naciera.
Señor en traje de luces.
Sacerdote de una fiesta
mística en rito pagano,
sombría en color de feria;
donde inciensan con claveles
y con manzanilla ofrendan.
Y en Córdoba habría de ser
donde Manuel se vistiera
el primer traje de luces
que la Luna le tejiera.
¡Ay, Manolete, Señor,
caballero de la Arena
sacerdote del Dolor,
místico de extraña secta!
¿Cómo no vieron tus ojos
colmados de luna plena
que, detrás de tu capote,
estaba la Muerte cerca?
¡No viste que siempre, siempre,
la tenías a tu vera?
¿No lo viste allá, en Linares?
¡No viste su alegre mueca
cuando tu mano engañaba
al toro con la muleta?
¡No la viste entre las astas
acechándote, contenta?
¡Ay, Manolo, Manolete,
qué noche, la noche aquella,
la noche en que, cara al Cielo,
te alejabas de la Tierra!
Iba la Luna a tu lado;
iba la Luna a tu vera:
La Luna que en otra noche
fue tu madrina primera.
Iba llorando la Luna,
llorando de rabia y pena.
Y al otro lado, de luto,
también lloraba una estrella.

SINAFO_20757
1949
ELOGIO DE “MANOLETE”
I
LA CITA (1931)
¡Torerillo magro y seco
con catorce primaveras!…
¡Ya quieres cortar orejas
sin que te alcancen las fuerzas
para hundir la toledana
en el cuerpo de la fiera!…
¡Ya tienes sueños de gloria!
¡Ya tu ansia no admite espera!
¡Ya está aguardando tu triunfo
la pasión de España en fiesta!
. . . . . . . . . . . . . . . .
Y aquel mocito espigado
que tantas prisas tuviera
por conquistar las sonrisas
de la gloria, mujerzuela
que a todos brinda promesas
pero que a pocos se entrega,
logra una novia –la muerte-
que de continuo le cela…
…Y a partir del mismo instante
en que ese pacto se sella,
¡surge Manolo Rodríguez,
-“Manolete” por más señas-
en continuo disputar
con la novia escogiera!…
. . . . . . . . . . . . . .
¡Ay torerillo en agraz
de catorce primaveras!
¡Quién te quitara la novia!
¡Quién evitara ese instante
del encuentro en las tinieblas!
¡Torerillo magro y seco
con catorce primaveras!…
¡Ya tienes la suerte echada!
¡Ya está la novia en la reja!
¡Ya está la novia esperando…
esperando… por si llegas!
¡Ay, Manolito Rodríguez
qué suerte la que te espera!…
II
TRIUNFO Y MUERTE (29 de agosto de 1947)
“¡Tronco que nunca se mueve!”
“¡Ramaje que el viento agita!”…
¡Síntesis breve y heroica
del toreo manoletista!
Rompiéronse viejos moldes
con su famosa divisa:
“¡A torear todos los toros,
aun aquéllos que no embista!…”
. . . . . . . . . . . . . . .
Y vino el triunfo grandioso:
¡Triunfo que nadie recuerda
haya alcanzado ninguno
fe los que usaron coleta!…
¡Treinta años, y todo el mundo
pendiente de cuanto hiciera!
¡Treinta años, la cara triste
y un blanco mechón de penas!
Fue su toreo una liturgia;
fue de Séneca su escuela;
y fue tanto el señorío
de su traza fina y seca,
que los más grandes señores,
humillando su grandeza,
al verlo cruzar la arena
por más señor, lo tuvieran…
Pero una tarde de agosto,
-tarde andaluza de feria-
“Islero”, toro de Miura,
destrozó la estampa austera…
¡Qué horrible hachazo en sus carnes!
¡Qué roja flor en la arena!
¡Qué angustioso aquel instante,
aquel hundirse en la niebla!…
¡Qué dolor, Manuel Rodríguez,
que aquel pacto se cumpliera!
III
LLANTO (30 de agosto de 1947)
¡Negro toro!… ¡Negra pena!
¡Negros puñales abiertos
que en Linares han matado
al mejor de los toreros!…
¡Callen todas las guitarras!
¡Salgan todos los pañuelos
que antes pidieron orejas,
a pregonar nuestro duelo”…
¡Broten raudales de llanto
al revivir el recuerdo
del torero más valiente
que ha pisado nuestros ruedos!…
¡Allá, la moruna Córdoba,
la de terrenos alberos,
la de las casitas blancas
como palomas en celo,
recibe este duro trance
que es ejemplar sufrimiento:
¡Lloran niños y mujeres!
¡Lloran mocitas y viejos;
y llora el cielo de pena
al enterrar al torero!
…Y una chavala morena,
como escapada de un lienzo
del padre de los gitanos,
del pintor Julio Romero,
al contemplar de la madre
el terrible desaliento,
llega, y gimiendo le dice:
-“No yore usté, se lo ruego…
no yore usté… maresita…
que Manolo fue muy güeno
y por serlo, de seguro
tendrá del Señor su premio…
No yore usté, señá Angustias:
¡”Manolete” está en el cielo!…
Pero la madre no atiende
a los divinos consuelos…
¡Y llora con ella Córdoba
y con ella el mundo entero!…
¡Que ha muerto Manuel Rodríguez,
el mejor de los toreros!…
Rafael Andrés.
El día de mañana, concluiré con la presentación de toda aquella poesía localizada y que fue escrita en torno a la figura de ese gran diestro español, quien toreó en nuestro país e incluso, tuvo previsto en algún momento vivir aquí, luego de que se polarizaba su relación amorosa con Lupe Sino.
CONTINUARÁ.
PROYECTO EDITORIAL DEL AUTOR. 1982-2012.
POR: JOSÉ FRANCISCO COELLO UGALDE.
Deseo, a través del Blog de mi responsabilidad, poner a consideración de las autoridades universitarias, culturales, editores e impresores la obra que, hasta el momento considero se encuentra lista para su edición, sea en papel o como libro electrónico. Se trata de 84 trabajos, mismos que han sido elaborados de 1982 a la fecha y cuya propuesta temática aborda dos temas específicos: la tauromaquia en México así como aquello relativo al tema de los archivos históricos, en concreto, el de la extinta Luz y Fuerza del Centro, donde me desempeñé como Director del Archivo Histórico de 2005 a 2009.
El conjunto todo de esas propuestas editoriales comprende un tratamiento histórico, estético, literario e iconográfico en ambas líneas de investigación. Actualmente se encuentran bajo resguardo electrónico (archivos Word), mismos que facilitarían la tarea de edición bajo las tecnologías editoriales que deben imperar en la mayoría de los casos, e incluso también pueden sujetarse a los criterios tradicionales. Son obras que pretenden dar un soporte puntual de información sobre dos muy precisas referencias históricas que han formado parte en el devenir de esta nación. Una, la tauromaquia desde 1526 y hasta nuestros días. Otra, la historia de la electricidad, desde la segunda mitad del siglo XIX y también hasta estos momentos.
Tres son los aspectos en que se encuentran concentradas como serie:
APORTACIONES HISTÓRICO-TAURINAS MEXICANAS (y en algunos casos bajo las subseries: Curiosidades Taurinas de antaño, exhumadas hogaño, Biografías, Catálogos, Iconografía, etc); REGISTRO GENERAL DE OBRA y ANTOLOGÍAS.
Todos aquellos interesados pueden remitirse con el autor de la obra: JOSÉ FRANCISCO COELLO UGALDE, MAESTRO EN HISTORIA y DIRECTOR DEL CENTRO DE ESTUDIOS TAURINOS DE MÉXICO, A.C.
CUALQUIER COMUNICACIÓN PUEDE SER A TRAVÉS DEL BLOG: APORTACIONES HISTÓRICO-TAURINAS MEXICANAS (https://ahtm.wordpress.com/) o DE LOS CORREOS ELECTRÓNICOS: josecoello1962@terra.com.mx y josecoello1962@hotmail.com
Finalmente, el detalle de cada uno de ellos, puede ser revisado[1] en el archivo que se denomina:
PE_JFCU_2012 con extensión PDF que adjunto a continuación:
PE_JFCU_2012
De antemano, muchas gracias por su atención.
AGOSTO DE 2012.
[1] El autor se reserva algunos datos personales que omite en el “Curriculum vitae in extenso” incluido en el archivo mencionado.