EFEMÉRIDES TAURINAS DECIMONÓNICAS.
POR: JOSÉ FRANCISCO COELLO UGALDE
Esta efeméride, antes de que pase más tiempo, corresponde al 23 de febrero de 1890.
La mañana del domingo 23 de febrero de 1890, la afición taurina mexicana se despertaba con la aparición de una nueva opción periodística, en la figura de la revista semanal El Zurriago Taurino, de la que si bien no se tienen muchos datos sobre su editor responsable, sí los hay en torno a sus diversos colaboradores, entre quienes se encuentran: “Nemo”, “El Bebé”, “Joseíto”, “Carolus” y “El Bole”. Con estos seudónimos tampoco salimos de grandes dudas, pero puede deducirse que, entre ellos se encuentran el Dr. Carlos Cuesta Baquero y Carlos M. López.
De la colección del autor.
Zurriago, según el Diccionario de la Real Academia Española es aquel látigo con que se castiga o zurra, el cual por lo común suele ser de cuero, cordel o cosa semejante, de ahí que se entienda que al llevar esta publicación tan singular título, es porque no estaba dispuesta a ser condescendiente con nadie. De vida muy corta, se llegó a publicar hasta el 3 de noviembre de 1890, lo cual es síntoma de lo efímero en ediciones como aquellas, vulnerables a pervivir, sobre todo en un año en que los festejos taurinos estaban pasando por una serie de reacciones muy violentas, sobre todo por parte de diversos sectores de aficionados en cierne que se veían permanentemente “tomados por asalto” por cuanto empresario, torero o ganadero intentaba sorprenderlos. De ahí que la quema o destrucción de varias plazas, se convirtiera en síntoma común por entonces. Quizá por estas y otras razones, era conveniente que, desde la tribuna del periodismo, se atizaran de pronto medidas mucho más contundentes, que trascendieran el radio de influencia, permitiendo con ello que quienes participaban directamente en el espectáculo corrigieran sus excesos y abusos de confianza.
Con esa razón debe haber nacido El Zurriago Taurino, para lo cual traigo hasta aquí la portada del primero de sus números, con objeto de que, sobre todo, en NUESTRO PROGRAMA, pueda observarse el propósito con el que surgió dicha edición, siendo tan claro el primer párrafo, del que me gustaría hacer eco, por sus semejanzas con los tiempos que hoy día corren, por lo que entre aquella y esta época parece no haber habido grandes cambios al respecto.
Veamos:
Verdaderos aficionados y entusiastas admiradores de las lides taurinas, vemos con sentimiento que el toreo marcha, en nuestro país, por una pendiente resbaladiza al final de la que se hallan el descrédito y la ruina de nuestra diversión favorita.
De lo demás, conozcan ustedes mismos algunos detalles más que ofrece el número de su presentación en sociedad.