POR: JOSÉ FRANCISCO COELLO UGALDE.
Si la empresa de la plaza de toros “México” sigue empeñada en no querer mostrar un nivel de calidad que además parece no saber manejar, particularmente por el hecho de que permanece desaparecida la circunstancia con la que garantiza en qué consiste la materia prima, es decir los encierros a lidiarse durante los festejos que faltan en su ciclo 2013-2014. Y si además, ha comenzado la segunda etapa de la misma, se puede esperar un timo absoluto, pues habiendo cumplido con lo dispuesto por la norma, en cuanto a celebrar 12 festejos, de conformidad con el “Derecho de Apartado”, lo que reste será responsabilidad de la misma empresa, pues es cuando, a su parecer, vienen a presentarse los mejores carteles, que van configurando el que será un nuevo aniversario de la plaza “México”, a celebrarse como sabemos, el 5 de febrero próximo (que será miércoles), pero que en las fechas más inmediatas se consuman tales conmemoraciones.
Si este domingo, que se lidia un encierro de “La Punta”, cuyo sólo nombre adquiere poder de convocatoria por lo emblemático del mismo, parece que no responde a lo que todos esperarían. La prensa, en su mayoría ha tenido que doblegarse ante el hecho de dar reseña de aceptación de dicho lote, pero sin mostrar evidencia gráfica del mismo. Si alguno de esos toros fuese similar a lo que incluyo a continuación:
Y si embisten con la fuerza, el vigor, la bravura y casta como el que aparece en esta otra imagen:
Aquí tenemos a Rafael Vega de los Reyes “Gitanillo de Triana”
Pero además, si los toreros que han de lidiarlos se han de “arrimar” y jugarse la vida como lo que también queda representado en esta otra evidencia gráfica…
Quien comparece es Victoriano de la Serna…
…que ya remata su faena ante el asombro y admiración de los aficionados.[1]
…créanme que quien no asista se perderá de un buen espectáculo, pues habrá toros y toreros.
Sin embargo, muchos aficionados no nos andamos con “medias tintas” y exigimos el toro. La labor de los toreros vendrá por añadidura. Exigimos que la empresa se haga responsable de su gestión. Exigimos que se haga presente la autoridad de la autoridad, ausente desde hace mucho tiempo, gracias a que el imperio de la autorregulación se ha apoderado en forma descarada de los destinos de un espectáculo que queda sometido a los caprichos de un grupo muy reducido, pero suficiente para desestabilizar la credibilidad de la que es, en este momento una de las expresiones más cuestionadas, no sólo por su carga de anacronismos, sino por el significado ritual que queda materializado en cada una de sus puestas en escena. De no defender esa parcela, faltará muy poco tiempo para que se enfrente en forma muy seria a condiciones vulnerables.
Pues bien, con todo lo anterior no se está pidiendo un milagro. Simple y sencillamente es un “llamado de atención” que muchos aficionados desearían hacer para que la fiesta taurina recupere valores de honda raigambre, como se sabe los tuvo y los ha tenido a lo largo de casi 500 años de haberse integrado a todo un complejo significado de vida cotidiana, de costumbres y demás circunstancias que asume y hace suyo un pueblo que, como el nuestro, es resultado de aquel complejo mestizaje que se afirmó tan luego concluyó la conquista española, a partir del 13 de agosto de 1521. Conquista que daba fin en su etapa bélica, para convertir la cruz de la espada en otra cruz, la que la iglesia impondría bajo diversos métodos más adelante en el complejo proceso de evangelización. A lo largo de esos casi cinco siglos, las corridas de toros se convirtieron en un fenómeno social y cultural de profundo relieve, cuyos alcances fueron imbricándose con diversas necesidades que no sólo quedaban reducidas a la sola diversión. Era necesario, y así lo fue que los festejos cumplieran una función social, de apoyo y solidaridad en caso de necesidades, que las hubo y las ha habido siempre. De ese modo, muchos festejos sirvieron como aliciente para dar apoyo a hospitales, a la obra pública, a los damnificados por diversas desgracias naturales, y los dineros que se reunían en las funciones con ese propósito, eran claramente divulgados en cuentas de gastos y otros informes emitidos por la autoridad en turno.
Hoy, la tauromaquia en México, como en otros siete países que aún mantienen en sus costumbres esta expresión, ha trascendido el siglo XXI, y no es posible que algunas empresas sigan realizando prácticas que parecen estar patentadas por el poder y la mafia.
Esperamos mejores esfuerzos de la empresa que particularmente regentea la plaza de toros “México”. Sus más recientes comportamientos no parecen ir de acuerdo con lo que la modernidad exige en términos de niveles de calidad. Incluso, lo que vino a ocurrir el domingo 5 de enero, con la presencia de un pésimo encierro de Carranco, que nunca se justificó con un solo toro en el ruedo, y sí con el remedo de este en la presencia de novillos (salvo que se diga lo contrario a través del examen “Post Morten” por ejemplo). Y es que el “Post Morten” es por ahora, nuestra única garantía de que se están lidiando toros. No basta con la burda aprobación de otros tantos encierros, si lo que sale al ruedo viene a resultar una verdad como catedral en cuanto a que en muchos casos, salvo el de Barralva y los de Haro, lo demás deja una estela de sospecha que equivale, entre otras cosas, a la ausencia del público en la plaza.
Concluyo: Están ahuyentando a la afición con semejantes prácticas y eso ¡no se vale!
10 de enero de 2014.
[1] Esta y las otras imágenes, corresponden a la edición digital de El Ruedo, como sigue:
El Ruedo, mayo 2 de 1944. Suplemento;
El Ruedo, del 11 de julio de 1944, Año I, N° 5;
El Ruedo, del 13 de junio de 1944, Año I, N° 1
Disponible, enero 10, 2014 en: http://bibliotecadigital.jcyl.es/i18n/publicaciones/numeros_por_mes.cmd?idPublicacion=352&anyo=1944