EFEMÉRIDES TAURINAS NOVOHISPANAS.
POR: JOSÉ FRANCISCO COELLO UGALDE.
Se entiende que en esos momentos, habida cuenta de un pretexto más que notorio para efectuar entre otras fastuosas celebraciones, corridas de toros, la Junta de la Ciudad, de conformidad a los usos y costumbres establecidos en aquellas épocas, puso en práctica la convocatoria de rigor para que los asentistas e interesados pudiesen comprometerse a organizar una temporada consistente en 12 festejos, los cuales, con toda seguridad se llevaron a cabo en el nuevo espacio destinado para ello: La Real Plaza de toros de San Pablo a partir del 14 de octubre. Los datos en ese sentido, aunque escasean, dejan ver parte de aquellos preparativos, aunque se desconoce por más información buscada al respecto qué sucedió durante los mismos. De alguna forma, los siguientes registros nos permiten acercarnos al entorno administrativo en que devino aquella conmemoración, la cual considero, debe haber originado encontradas reacciones en medio de un ambiente cuyo caldo de cultivo era la independencia, sin más.
Cabecera de la Gaceta del Gobierno de México que por aquellos días daba a conocer al público lector dos acontecimientos de gran importancia y que aquí se refieren… Imagen tomada del portal de internet: HEMEROTECA NACIONAL DIGITAL DE MÉXICO. (http://www.hndm.unam.mx/)
GACETA DEL GOBIERNO DE MÉXICO, D.F., del 02.08.1817, p. 8:
Por acuerdo de la junta de la ciudad, celebrada el día 28 del pasado, está mandado salga a la almoneda el remate de la plaza de Toros, para las doce corridas que han de verificar el mes de octubre, en celebridad de los desposorios de nuestro augusto Soberano el Sr. D. Fernando VII y su augusto hermano el Sr. Infante D. Carlos para que los que quieran hacer postura, ocurran a la secretaría mayor de cabildo a imponerse de las condiciones con que lo han de ejecutar.
GACETA DEL GOBIERNO DE MÉXICO, D.F., del 16.08.1817, p. 8:
MÉXICO. La junta de ciudad en acuerdo de 8 del corriente agosto ha mandado se anuncie al público, que estando para salir a la almoneda el arrendamiento de la plaza de toros por las doce corridas que han de verificarse el mes de octubre próximo venidero, en celebridad de los Desposorios de nuestro augusto Soberano el Sr. D. Fernando VII y su augusto hermano el serenísimo Sr. Infante D. Carlos, ha dispuesto la superioridad del Exmo. Sr. Virrey que las noches de aquellos doce días haya paseo y diversiones sobresalientes, que concluirán a las diez de cada una. La persona que quisiera hacer postura ocurra a la secretaría de cabildo a tomar las instrucciones necesarias.
GACETA DEL GOBIERNO DE MÉXICO, D.F., del 09.10.1817, p. 8:
Estando determinado que el catorce del corriente comiencen las doce tardes de corridas de toros que han de verificarse por fiestas reales, con el objeto de celebrar los desposorios de nuestro católico Monarca EL SEÑOR DON FERNANDO SÉPTIMO, y su augusto hermano el serenísimo señor infante DON CARLOS, se noticia al público por si hubiere algunos postores que quieran entrar en el arrendamiento de toda la plaza, o por partes, con el fin de que ocurran a las casas de esta Diputación por la mañana desde las nueve, y por la tarde desde las cuatro, a tratar con los señores comisionados para el efecto: entendidos de que la plaza se entregará forrada, con asientos, y pintada.
De alguna forma, la autoridad que seguía siendo el alter ego de la monarquía en turno, permitió que la exaltación de aquel doble desposorio alcanzara niveles como los que se pueden leer en el siguiente soneto:
Remonta el vuelo fama vocinglera
Y de FERNANDO al pie, tu trompa humilla;
Dile que en Nueva España el celo brilla
El valor triunfa, la lealtad impera.
Dile que aquel virey que a Dios venera
Sirve a su Rey, y al reyno maravilla:
Di que Liñan las tropas acaudilla,
Y que ORRANTIA hace, que el orgullo muera.
Dile que Mina: genio malhadado
Es ya el oprobio de la empresa altiva,
Que empezó en él, y en mucho ha acabado.
Y por fin dile, que con voz festiva
Celo, valor, y amor acrisolado
Gritan al mundo que FERNANDO viva.[1]
Los mensajes subliminales abundan en sus catorce versos. Por aquel entonces, quien gobernaba como virrey fue Juan José Ruiz de Apodaca y Eliza,[2] quien impuso mano firme para mantener un gobierno que se desestabilizaba a cada momento, sobre todo porque la insurrección insurgente alteraba sus estructuras y ambiciones. En cuanto a D. Francisco Orrantia, Coronel y Comandante del Ejército del Norte al servicio del rey, contrainsurgente por consecuencia, se encontraba luchando en el “ojo del huracán”, es decir la actual zona de Guanajuato. Una de las batallas que le dieron lustre a dicho personaje fue precisamente la del ataque y dispersión de las gavillas unidad al “traidor” (Francisco Javier) Mina en la Hacienda de la Caxa y Valle de Santiago, ocurrida el 10 de octubre, de lo que resultó la consabida prisión del “Traidor” Mina efectuada por el propio Orrantia muy cerca de Irapuato, en el rancho del “Venadito” “cerca de la Tlachiquera” el 28 de octubre siguiente. Entre quienes también participaron en aquella acción se encontraba el mariscal de campo D. Pascual de Liñan y comandante en jefe de la división del Bajío, con lo cual se consumó “este importante servicio hecho al Rey nuestro Señor y al público”. Entre tanto, y procurando no hacer más ruido del que pudieran despertarse sospechas, uno de los actos públicos con que se rememoraba a los dos borbones en pleno casamiento, fue el de esas 12 corridas de toros que ya se ve, no faltaron para tan digna celebración.
Pocos retratos se conocen de Carlos María Isidro Benito de Borbón y Borbón-Parma, personaje un tanto cuanto opacado por la actividad realizada por Fernando VII, su hermano. Sin embargo, esta pintura de Vicente López Portaña nos permite acercarnos a quien fue, además Infante de España:
Disponible mayo 30, 2014 en: http://pessoasenmadrid.blogspot.mx/2013/06/maria-francisca-de-braganza.html
[1] Gaceta del Gobierno de México, del 4 de noviembre de 1817, p. 6.
[2] 61° virrey de la Nueva España, del 20 de septiembre de 1816 al 6 de julio de 1821.