DEL ANECDOTARIO TAURINO MEXICANO.
POR: JOSÉ FRANCISCO COELLO UGALDE.
Antes de que los dos diestros, ya en plena efervescencia debido a sus rivalidades, tuviesen ocasión de presentarse “mano a mano” en la plaza de toros “El Toreo” de la Condesa, la tarde del 3 de enero de 1937, ambas figuras tuvieron la deferencia de aceptar la propuesta que el empresario de la plaza de toros de Celaya en turno les hizo para que actuaran el día 25 de diciembre de 1936; ya que para los celayenses tal fecha se convirtió por muchos años en la gran conmemoración… Era cosa de ver a qué nivel de dicha llevaban las fiestas de navidad por aquel rincón provinciano.
De aquel festejo, “El Eco Taurino”. México, 31 de diciembre de 1936, nos informa:
Memorable triunfo de Garza en Celaya.
Celaya, dic. 25. Con un entradón formidable, como no hay memoria en ésta, se celebró la corrida de Navidad en la que torearon por primera vez mano a mano en México Garza y “El Soldado”. Lidiaron seis toros de Xajay, dos de los cuales resultaron bravísimos, el quinto y el sexto. Lorenzo Garza realizó una de las mejores faenas de su vida, logrando cuajar hasta 17 naturales. Mató estupendamente bien y cortó orejas y rabo. Salió en hombros. “El Soldado” no se dejó ganar la pelea en el sexto y también hizo una gran faena y cortó orejas logrando un éxito extraordinario.
(Aquella tarde, Luis Castro vistió de blanco y plata. Garza se enfundó en un traje grana y oro).
Además, existe un curioso pasaje que me contó don Antonio Sabater como sigue:
(Aquella tarde) Uno de los bureles llamado “Sembrador” fue estupendamente lidiado por Garza quien recibió del tendido de sol el siguiente grito: “¡a que no se lo das con la derecha”, refiriéndose el aficionado a que si tenía tan grandes virtudes con la izquierda, debía tenerlas con la mano diestra.
Y aquí lo vemos, precisamente en aquella tarde que se alzó con un triunfo inolvidable. (Col. del autor).
Por su parte, mi padre, el señor Jesús Gustavo Coello Ramírez (q.e.p.d.) recordaba este episodio así:
Se pegaban programas anunciadores de la corrida. Los toreros entraban por la puerta grande de sombra, pasando por entre la gente para dirigirse al patio de cuadrillas. Alguna vez, entró por ahí Lorenzo Garza, vistiendo un terno canario y plata, en medio de fuertes aplausos y varios aficionados se daban el lujo de palmearlo, de tocarlo. Por cierto esa tarde, en la corrida de navidad del año 35´ se presentó la viuda de Miguel Gutiérrez a solicitar un óvolo, habiendo respondido de manera generosa la afición de Celaya.
Como lo decía al comienzo de estos apuntes, con aquel ambiente, ambos toreros llegaron más que con los “ánimos caldeados” para volverse a ver las caras en ese otro “mano a mano”, en la capital del país.

Guillermo Ernesto Padilla: Historia de la plaza EL TOREO. 1907-1968. México. México, Imprenta Monterrey y Espectáculos Futuro, S.A. de C.V. 1970 y 1989. 2 v. Ils., retrs., fots., T. II., p. 164.
Y por supuesto que no decepcionaron a la afición.
10 años más tarde, Lorenzo Garza volvió a Celaya. Esto ocurrió el miércoles 25 de diciembre, acompañado por David Liceaga y “Morenito de Talavera” con 6 toros de Pepe Ortiz.[1]
En poblaciones como Celaya y hace casi 80 años estaban presentes una serie de reminiscencias construidas a partir de valores tradicionales, ligándose de esa forma lo lúdico y la religión, hasta el punto de encontrar en expresiones como las corridas de toros el elemento culminante de aquellas conmemoraciones que poco a poco fueron diluyéndose hasta quedar en nada… salvo la recuperación que se procura hacer desde aquí, contando para ello con una interesante opinión que Luis Ramón Carazo acaba de hacer recientemente: “Hoy que prevalece la tecnología como vehículo para resolver las necesidades más dispares y las anécdotas y los hechos se propalan a la velocidad del rayo, que refrescante es contar con la existencia de un torero que parece ir en sentido contrario a la velocidad de nuestros tiempos actuales y gesta hechos inusitados”.[2] El texto de Luis Ramón abre una elogiosa opinión sobre “Morante de la Puebla”.
El hecho es que intento confrontar todas aquellas condiciones posibles para entender, a través del tiempo cómo es que han cambiado muchos aspectos en la vida cotidiana de determinados sitios o espacios, con objeto de ir entendiendo muchos significados, códigos y secretos que siguen perpetuándose y representándose en la puesta en escena de la actual tauromaquia. De ese modo llegaremos a explicarnos mejor tantos y tantos significados que lleva prendido al pecho este espectáculo varias veces secular entre nosotros.
[1] La Fiesta, Nº 117, del 18 de diciembre de 1946. Celaya, miércoles 25 de diciembre de 1946. La tradicional corrida de navidad. Acontecimiento único. Lorenzo Garza, “El ave de las tempestades”, David Liceaga, que se despide como torero, y “Morenito de Talavera”, triunfador en la plaza “México”, con 6 preciosos toros de Pepe Ortiz.
[2] Disponible en internet, junio 24, 2014 en: http://desolysombra.com/2014/06/22/ocho-con-ocho-lo-antiguo-de-lo-moderno-por-luis-ramon-carazo/