BERNARDO GAVIÑO PORTÓ ANTEOJOS EN ALGÚN MOMENTO PARA TOREAR…

CURIOSIDADES TAURINAS DE ANTAÑO EXHUMADAS HOGAÑO.

 POR: JOSÉ FRANCISCO COELLO UGALDE.

   Ahora que veo publicada una fotografía que recoge la figura de Juan Luis Silis, lo que llama poderosamente la atención en el momento del paseíllo es que el joven torero lleva colocados una “goggles”, como medida de seguridad después del duro percance que sufriera el pasado 13 de octubre de 2013 en Pachuca. La convalecencia ha sido dura, pero la ha resistido con entereza. Por estos días que corren, se anuncia que ya tiene firmados un buen número de contratos. Enhorabuena.

JUAN LUIS SILIS LLEVANDO ANTEOJOS

Juan Luis Silis. Disponible, julio 30, 2014 en:

http://altoromexico.com/2010/index.php?acc=noticiad&id=19871

    Un antecedente de tal “curiosidad”, la del uso de ese material protector para la vista, me permite recrear la presente colaboración con los siguientes datos:

    Para 1879, Bernardo Gaviño centraba su atención como empresario, que lo hizo en Puebla o Cuautitlán, donde toreaba en algunas tardes, pues pasó largas temporadas, sobre todo en territorio poblano Dice Carlos Cuesta Baquero que “probablemente ya le temía a los viajes largos y abundantes en molestias, porque aún estaban las vías de comunicación entre nuestras diversas ciudades con iguales defectuosidades que en años atrás a éste respecto no habíamos progresado, sino permanecido estacionados, retrasados”. De ahí que pronto se diera una nueva etapa en su ya largo historial: Gaviño ya era considerado un “maestro” y como tal, gozaba del privilegio de dar consejos. Por lo tanto, ese fue el momento en que comenzó a darse una apertura, cierto margen de libertad -de su parte- para que surgieran nuevos “adalides” de la tauromaquia en México.

   Incluso, hay un detalle poco conocido: Bernardo comenzaba a acusar, a sus 66 años problemas de la vista, que ya debilitada, lo obligaba al uso de “espejuelos para hacer la faena con la muleta y luego dar la estocada”. Aunque ya viejo, todavía tuvo fuerza para enfrentarse con Lázaro Sánchez, coterráneo suyo, que huyó a Cuba con la amante de Gaviño, luego de que éste le hizo la vida difícil al no dejarlo torear a sus anchas.

FOTO Nº 15

Probablemente, este retrato “Carte de visite” que Bernardo Gaviño se realizó en el gabinete de los “Hermanos Valleto” más o menos a principios de la octava década del siglo XIX, nos pueda dar una idea sobre los signos de decadencia en que ya venía cayendo el diestro portorealeño, quien ya realizaba esfuerzos por demás sobrehumanos para presentarse y actuar con alguna dignidad en las plazas donde fuese contratado. Como se sabe, en uno de esos compromisos, firmó contrato para actuar en Texcoco la tarde del 31 de enero de 1886. El documento quedó estipulado por $30.00 que cobraría el diestro luego de la misma, cosa que no pudo ser, pues el tercero de la tarde, “Chicharrón” de la ganadería de Ayala, le asestó una tremenda cornada, la cual causó tremendos daños y complicaciones, lo que devino en su muerte, ocurrida el 11 de febrero siguiente.

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