PASAJES DE LA HISTORIA TAURINA ZACATECANA. SIGLOS XVI-XIX.

MUSEO-GALERÍA TAURINO MEXICANO.

 Por: José Francisco Coello Ugalde.

    Me propongo mostrar un panorama bien general de la fiesta de toros en Zacatecas, con motivo de sus festividades presentes. La información aquí reunida se ha logrado a partir de fuentes consultadas en bibliotecas, hemerotecas y archivos fotográficos. Es una fortuna que se pueda reconstruir parte fundamental de la vida cotidiana en provincia tan importante como Zacatecas. Veamos a continuación parte de algunos sucedidos que van de los siglos XVI al XVIII.

   Con fecha del 8 de septiembre de 1593, la historia del toreo da inicio en el territorio de Zacatecas. Poco antes han concluido las intensas batallas con los chichimecas y los huachichiles, grupos de indígenas que mantuvieron una hegemonía basada en un feroz existir.

   En aquel año de 1593:

Ordenóse por auto del Cabildo el año de 1593, que para celebrar debidamente la fiesta de la Virgen, patrona de la ciudad, el 8 de septiembre, se hicieran cuantas demostraciones de público júbilo pudiera imaginarse. Con este motivo se previno que hubiera corridas de toros, (las primeras que de tan bárbaro espectáculo, se verificaron en esta ciudad) que se quemaran fuegos de pólvora, que se iluminara toda la ciudad y se adornaran las plazas y las calles y que hubiera también justas, torneos, sortijas, juegos de cañas y paseos de máscaras, aparte de las demostraciones religiosas que la fiesta requería. En esta misma fiesta comenzó a sacarse el pendón, en el cual se ponían las armas de la ciudad y la imagen de María en actitud de descender del cerro de la Bufa.

   En 1599, luego de las honras ordenadas a la muerte del Rey de España Felipe II, se dispuso todo para jurar a su sucesor, Felipe III, juras que en toda la Nueva España procuraron celebrarse en medio de grandes… se verificaban bajo el significado de las grandes conmemoraciones que incluían, en medio de todo ese boato, los festejos taurinos.

   De nuevo, y ya en pleno siglo XVII, vuelve a darse un caso similar, cuando es preciso honrar solemnemente la muerte del rey Felipe III y jurar la exaltación de un nuevo Austria: Felipe IV. Ello en 1622.

   A mediados del siglo XVII

Estilábase también en aquella época que en la recepción de nuevos Corregidores hubiera en esta ciudad dos días de regocijo público, toros, banquetes, música, etc., y que el vecindario saliera en masa hasta la hacienda de D. Hernando de Aranda, que estaba situada antes de llegar a Santo Domingo. Al regidor encargado de esta clase de festejos se le daban $600 del fondo de propios.

   Y es que, cualquier motivo generaba la posibilidad de buscar el divertimento, el regocijo, mismo que se realizaba con los ingredientes de «toros», banquetes, música (…)» situación ésta, enormemente ponderada por los pacíficos habitantes de la región zacatecana, misma que se vio afectada por una prohibición -allá por 1709-, causada nada menos que por el exceso de fiestas y diversiones a que se entregaban frecuentemente muchos habitantes de la Nueva Galicia. Así, el Mtre. De Campo don Toribio Rodríguez de Solis, Caballero del Orden de Santiago, y Capitán General de la Nueva Galicia, expresaba angustiado:

 Por quánto estoy bien ynformado de los grabifimos daños, inconuenientes y perjuicios que fe figuen del general deforden de hauer continuas y repetidas fieftas en todas las jurisfdicciones defte Reino (…)

 Más adelante, procura detallado relato de los distintos motivos que lo movieron a poner en funciones una prohibición para evitar perjuicios y «offenffas que fe cometen contra Dios ntro. Señor»:

(…) Y que cualesfquiera perfonas de qualquier estado, calidad o condizión que fean yntenten de aquí adelante con ningún pretexto, motivo o color alguno qualquiera que fea el folicitar fu continuación, ni falir en ellas efcaramufas, carreras, danfas, toros, marchas y demas invenciones ofiofas que llaman el antojo, porque todo efto fe prohibe y veda absolutamente devajo de las penas de docientos peffos á cada español aplicados para obras defte Real Palacio, y ocho años preciffos de deftierro de toda la jurisdicción de donde fueren vecinos, y a los yndios, negros, mulatos, coyotes, y demas hombres, de color quebrado, de docientos azotes por las calles y ocho años de obraje, trapriche ó mortero (…).

   En realidad, esas medidas tomadas a partir del mes de noviembre de 1708 fueron de todo rígidas y a pesar de ser expedidas en la ciudad de Guadalajara, hasta Zacatecas llegó noticia gracias al pregonero Juan de León. Pero y con todo, había en el bando una permitida flexibilidad para con los toros ya que

(…) para que haya algún dibertimento que no fea exsefibo permito -dice D. Toribio Rodríguez de Solis- que en la cauefera de cada Jurisfdicción se fefteje la fiefta titular della con juego de toros por tres días y nomas, sin cuadrilla de Moros y christianos ni otra ynuención (…)

   Poco le duraría el gusto a este buen puritano señor don Toribio, pues en 1724 y, por motivo de un certamen poético, el Conde Santiago de la Laguna mandó construir un obelisco en la plaza de Zacatecas, obelisco con el que se pretendió conmemorar la exaltación al trono del Serenísimo Luis I, Rey de las Españas, entre los aplausos festivos con que alegraba a sus habitantes.

ESTATVA DE LA PAZ_1722

José Francisco Coello Ugalde: Relaciones taurinas en la Nueva España, provincias y extramuros. Las más curiosas e inéditas, 1519-1835. México, Universidad Nacional Autónoma de México, Instituto de Investigaciones Bibliográficas, 1988. 293 p. facs. (Separata del Boletín de Investigaciones Bibliográficas, segunda época, 2)., p. 105

   Viene a continuación, y entresacados de este curioso documento cuyo título es Estatva de la paz… un conjunto de poéticas razones, las que nos llevan, aunque fugazmente, a las fiestas ocurridas en Zacatecas, aquel año de 1722:

Que muertos los deseos

Vieron lograr Pensilicos Hibleos.

O de el Templo lo diga

Siempre ejemplar de una piadosa viga

La función tan costosa,

Con que gracias a Dios dio ferborosa

Su devoción activa;

Donde, más que ascua viva

Ardía en su pecho amante

La fe, con que constante

Al cielo le pedía

Por el aumento de la Monarquía:

Precediendo a ella en fuegos, y candiles,

Si liberales gastos, no civiles;

Porque de su franqueza

Cortedad juzga la mayor largueza.

Publíquenlo severas

Dentro de el circo las treinta y dos fieras,

Que en un día se lidiaron,

A los que las miraron

Dando gusto, y espanto,

De su valor con singular quebranto;

Ya en los toros feroces,

Que en bramidos, y voces

Cobraban la requesta

De su indomable destrozada testa;

Ya en cíbolos valientes (7)

Que regionales monstruos eminentes

Con erguidas cerbices

El color sin matices;

Ser cada uno es notorio

Irracional lanudo promontorio,

Abultado coraje,

De los montes horror, Toro salvaje.

    Zacatecas no ha sido, ni por mucho, un lugar al que las fiestas taurómacas hayan escaseado. En 1728, por ejemplo, luego de circular una Cédula Real mandaba se hicieran fiestas públicas en celebración de las bodas del Príncipe de Asturias con la Infanta de España. Esa fiesta tuvo lugar con ceremonia religiosa; toros, paseos, juegos de cañas y otros regocijos.

   Un templo que no solo fue saqueado, sino criminalmente derribado bajo el principio de la desamortización de los bienes eclesiásticos, fue el de la Compañía de Jesús, esto durante el curso de la sexta década del siglo XIX. Pero en 1750, al concluir la obra fueron organizadas «fiestas con que se solemnizó su dedicación». Lo mismo ocurre con la Breve Descripción… del Br. Gabriel Miqueo quien se encarga de dar amplia descripción del estreno de la parroquia de Zacatecas, incluidas las notas sobre los fastos taurómacos que ocurrieron por aquel entonces.

   Luego, en 1758 se desarrollaron fiestas por la jura del Patronato de la Virgen del Tepeyac o de Nuestra Señora de Guadalupe.

   Por cuanto arroja el contenido de la relación de fiestas, permite apreciar lo fastuoso, lo imponente en cómo se concibieron aquellas grandes celebraciones. Fue en la segunda semana de las fiestas cuando se registró el «gozo de Toros».

La plaza, después de emparejada a punta de barras, elevaba sus Tablados con tres estancias de Lumbreras, y siendo tan capaz, hubo de estrecharse la Gente tanto, que parecía entablada. Las dos ceras principales, no lo desmentían en el lucimiento, emulando el oro, la seda y la pedrería del madamage, que las ocupaba con que cada Lumbrera formaba un gracioso espejo de reflexión, cuyo lumbre percebían, hasta los de la Gloria.

   Claro está, que los Señores Comisarios, que habían ostentado su vizarría en las funciones sagradas, habían de solicitar la mayor grandeza respectivamente en las profanas: y porque nada se echase menos, y se evitase el desorden, que andaba de más, sacándose vivos por las calles los Toros de la Plaza, dispusieron, que los Catorce, que habían de servir cada día para la diversión, se matasen dentro, previniendo cuatro Mulas con gualdrapas encarnadas, y Peones decentemente vestidos, que los estragasen. La tarde del Domingo diez de Septiembre, se hizo el primer encierro, y los demás se ejecutaban por las mañanas, asistiendo el Señor Alférez Real, con una numerosa comitiva, y tropel de generosos Caballos de toda la Gente moza, y de viejos, que pican de mozos. Por espacio de cinco días se repitió este espectáculo, en que pudieron enseñar urbanidad, y cortesía, hasta las Fiestas; pues siendo estas tan feroces, como sabe todo el Reino, dieron lugar a la destreza, sin desazonar alguna tarde con desgracia. Baste decir, que las Señoras, que se horrorizan de ver la sangre de un Pollo, en todo este tiempo perdonaron los extremos, y estuvieron con tanta paz, como si se corriesen Liebres. Para que la uniformidad no causase fastidio, se había encomendado de antemano, a la Gente de las Haciendas de Metal, y de Campo, que formase una Cuadrilla competente, para interpolar los Toros, con las Carreras: y lo tomaron tan a pechos, que fue el mejor sainete de la pública alegría (…).

   Enseguida aparece amplia reseña de un juego de cañas y todos sus artificios. Más adelante, en una Loa, se registra simpática y curiosa cita acentuada por la lengua indígena, que se adelanta con mucho, a un libro de Claude Popelin, y a esa frase, conque está rubricado uno de sus libros: LOS TOROS DESDE LA BARRERA pues

 Viendo Yo, que agradecidos,

Ser, a su Patrona intentan,

Dije: Ya la gratitud

Tiene lugar en la tierra.

Pues bajome allá, más tente

(Me dije a mí mismo) espera

Hasta ver desde acá arriba,

En qué paran estas Fiestas.

Desde el balcón de una Nube,

Vi pues, Carros, y Comedias,

Y los Toros; porque es bueno

Verlos desde las Barreras.

   «…porque es bueno verlos desde las Barreras» nos parece la apreciación del autor «apasionado» sumamente justa, en la medida en que es un conocedor de las cosas que va narrando con lujo de detalle, entre juegos pirotécnicos de lenguaje, apoyándose, como fue costumbre en esas relaciones novohispanas, de las acostumbradas licencias literarias.

   No dudamos que en el resto de la época colonial se hayan desarrollado otros muchos espectáculos de corte taurino no incluidos aquí pero que, las fuentes a nuestro alcance no registran. Hemos querido también deslindarnos de acontecimientos claves para la historia de Nueva España en su conjunto, pues ello ocasionaría más abundancia de información cuando que lo que pretendemos es dar un pasaje lo más breve posible sobre el Zacatecas taurino, única y exclusivamente.

    Finalmente, incluyo a continuación algunas referencias relacionadas con estas conmemoraciones en Zacatecas, entre los años de 1708 y 1833.

 Breve relación de las alegres demostraciones que hizo la siempre Noble y Leal siempre Ciudad de Nuestra Señora de los Zacatecas, en el nacimiento de Nuestro Príncipe y Señor Don Luis Fernando en los días veinte y tres y veinte y cuatro de este corriente mes de julio y año de 1708, datos que se recogen en la publicación denominada “El Pregonero…”,[1] y que a su vez fueron localizados en diversas actas de cabildo del propio Archivo Histórico de de Estado de Zacatecas.[2]

PISCINA ZACATECANA. Descripción de las fiestas que se hicieron en la solemne dedicación del templo de San Juan de Dios de Zacatecas. Por D. Juan Santa María Maraver, presbítero, natural de dicha ciudad. México, por Rodríguez Lupercio, 1720. 4º.

Breve descripción de la fabrica, y adornos del templo de la Compañía de Jesús de Zacatecas: con una succinta relación de las fiestas con que se solemnizó su dedicación: sácanla a luz, y la consagran al ss. patriarcha Señor S. Joseph los seis ilustres caballeros, patronos de la solemnidad, y lucimientos de la dedicación.

Fabrica del templo –Templo de la mayor gloria de Dios: sermón panegyrico, prediado en las estrenas, y dedicacion de la Iglesia del Colegio de la Compañía de Jesús de la ciudad de Zacatecas / por el Dr. D. Pedro Ignacio Ibarreta Ribera –El templo de la admiración, sermón panegyrico, en el dia veinte, y cinco de mayo, segundo del triduo solemne: que se celebró en Colegio de la Sagrada Compañía de Jesús, de la muy ilustre y leal ciudad de Zacatecas, en la dedicación de su magnífico templo a Maria Santíssima nuestra señora, con el título de su concepción puríssima / por el R.P. Fr. Francisco Joseph Caballero –Rasgo épico descriptivo de la fabrica, y grandezas del templo de la Compañia de Jesus de Zacatecas. Zacatecas, 1729.

Lic. Isidro Berdugo, Santa Cruz, Guardiola y Guzmán. PLAUSIBLES demostraciones de la muy ilustre, y leal Ciudad de Nuestra Señora de los Zacatecas, en la Coronación, y Jura de Nuestro Rey, y Señor D. Luis I. (Que de Dios goze). Escríbelas el Lic. (…), Abogado de las Reales Audiencias de Gualaxara, y México y Alcalde ordinario que ha sido en ella. Dedícalas A el Rey Nuestro Señor Don Phelipe Quinto (Que Dios guarde); El General Don Martín Berdugo, Haro Dávila y Torre, Tesorero, oficial Real de la Hazienda, y caxa de ella; Theniente de Capitán General de sus Fronteras, y de las de San Luis Colotlán, Santo Domingo Thenzompa, Sierra de Tereque, y de más agregados Corregidor por S.M. y conferido en el empleo de General por el Excmo. Señor Virey Marqués de Valero; Juez Conservador del Ramo de Reales Alcabalas por la Real Audiencia de Guadalajara.

   Con licencia de los Superiores. En México: Por Joseph Bernardo de Hogal. En la calle de la Monterilla. Año de 1729.

Abad, Diego José, 1727-1779. Breve descripcion de la fabrica, y adornos del Templo de la Compañia de Jesus de Zacatecas: con una succinta relacion de las fiestas con que se solemnizò su dedicacion: sacanla a luz, y la consagran al ss. patriarcha señor s. Joseph las seis ilustres caballeros, patronos de la solemnidad, y lucimientos de la dedicacion. Mexico: Por la viuda de d. Joseph Bernardo de Hogal, 1750.

Gabriel Miqueo: Breve descripcion de el templo, o iglesia parrochial mayor de la muy noble, y leal ciudad de Nuestra Señora de los Zacatecas.Y succinta relación de las fiestas, con que se solemnizó su dedicación. Por el Br. D. Gabriel Miqveo… Sácanla â luz los dos nobles cavalleros Don Juan Montaño y D. Antonio Saenz de la Escalera… México, En la imprenta del… Colegio de S. Ildefonso, 1753.

ORRIO, Francisco Xavier Alexo de. Breve noticia de las fiestas en que la muy ilustre ciudad de Zacatecas explicó su agradecimiento en la confirmación del patronato de Nra. Sra. De Guadalupe… México: Her. María de Rivera, 1754.

Breve relación de las fiestas, en que la muy ilustre ciudad de Zacatecas explicò su agradecimiento en la confirmación del patronato de Nra. Sra. De Guadalupe el mes de septiembre del año de 1758. Por N.SS.P. el Señor Benedicto XIV. Mèxico, Imp. De los Hrs. De Doña María de Rivera, 1759. (38), 64, 150 p.

Descripción de las solemnidades de Zacatecas en los dias 16 y 18 de Setiembre de 1833. –Zacatecas: Imprenta a cargo de Pedro Piña, [1833]. 75, [1] p.

 VISTA ESTEREOSCÓPICA

Vista estereoscópica de la catedral de Zacatecas (Ca. 1900).

   Como un buen motivo para el arranque de la nueva versión de la Feria de Zacatecas, que desde hoy, 4 y hasta el día 20 de septiembre convertirá a aquel rincón provinciano en gozoso escenario, me permito enviarles estos “recuerdos taurinos” los que se han producido en otros tiempos…


[1] “El Pregonero de la muy noble y leal Ciudad de Nuestra Señora de los Zacatecas”. Órgano de difusión del Archivo Histórico del Estado de Zacatecas. 2ª época, año 2004, Zacatecas, abril-mayo, Nº 4 y 5.

[2] Archivo Histórico del Estado de Zacatecas. Fondo: Ayuntamiento. Serie: Actas de Cabildo. Lb. 10, fojas varias.

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