Archivo mensual: octubre 2015

TAUROMAQUIA: ANTÍGONA DEL PROGRESO.

EDITORIAL.

TAUROMAQUIA: ANTÍGONA DEL PROGRESO.

 POR: JOSÉ FRANCISCO COELLO UGALDE.

Mi experiencia por España e Italia.

   La creación, el arte y demás fundamentos humanos que se acercan al sentimiento, han hecho posible que se produzca, por vía de la inspiración una obra humana sólida, representativa del mejor de los ingenios.

   Su materialización puede ser esa larga y milenaria presencia religiosa, que la de lo mundano y terrenal.

   Cuando la dimensión de las luces se abre a lo universal, uno puede verse rebasado hasta el punto de confesar “solo sé que no se nada”, tal cual decía Platón, o Sócrates. O como pensara Pío Baroja cuando afirmaba: “De las navegaciones y naufragios en hemerotecas, archivos, registros y bibliotecas, prefiero que se lea el resultado”.

   Acercarse a otras culturas trae consigo la necesidad de ampliar el espectro de un aprendizaje que debe culminar felizmente en la sabiduría, misma que debe seguir en expansión, con anhelos que no alcanzan el infinito. Pero en tanto límite, es suficiente para poseer un amplio velo de conocimiento.

   Este viaje con propósitos que cubrieron una estancia académica estimulada por la U.N.A.M., que sustenta mi proyecto de tesis doctoral, se ha visto además, enriquecido por la valiosa oportunidad de abrir el interminable abanico del saber.

   Afortunada experiencia de la que comparto a continuación uno de sus muchos capítulos.

   Enfrentamos el difícil momento de una encrucijada: el destino de la tauromaquia. Nunca como hoy la sociedad moderna ha cuestionado tanto una peculiar representación, sobre todo por lo que es y contextualiza. Es decir, un valioso legado milenario y secular que llega a este siglo XXI convertido en antígona del progreso. Nuestro tiempo ya no le merece tantas atenciones y es más, hasta le echa de menos. Es cierto, hay que reconocerlo: los toros, al no representar profundo interés viven ya esa latente amenaza de desaparecer.

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Fotografía: Dra. María Verónica de Haro y de San Mateo, registro del seminario que presenté en la Universidad de Murcia, el 14 de octubre de 2015.

   En el que parece ya su último y decisivo momento para defenderse, ser defendido, difundido, estudiado y hacerle pervivir en consecuencia, tiene hoy pendiente la asignatura en la que, bajo los mejores argumentos, la UNESCO valore si debe otorgarle o no título de Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad, pretensión bastante atrevida por cierto, que no desmerece el largo e intenso camino de quienes se han involucrado en tamaña empresa.

   Pero es necesario entonces, un esfuerzo que viene de revisar las estructuras, cimientos y andamiajes propios del espectáculo. La puesta en escena además de todos sus rituales se desarrolla en medio de una dura representación del sacrificio y muerte de un toro. Tal circunstancia ha servido desde los tiempos de Isabel la Católica y hasta nuestros días para que sectores abiertamente contrarios a su desarrollo le cuestionen o pongan en duda. Sin embargo, el endurecimiento que hoy asumen los antitaurinos se ve cohesionado al amparo de la vigorosa era digital con aportes tan impensables hasta hace un tiempo como puede ser el de las redes sociales.

   Su organización, más que la de los propios taurinos puede ser tan sorpresiva como un ataque militar. Quizá por eso sea necesario poner en práctica un pulimento basado en perfecciones técnicas y estéticas que eliminen o atenúen las voces y posicionamientos de rechazo.

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Fotografía: Dra. María Verónica de Haro y de San Mateo, registro del seminario que presenté en la Universidad de Murcia, el 14 de octubre de 2015.

   El toreo tiene un fuerte aroma de componentes que desaparecerlos representaría reducir su profunda razón de existir. Por eso es necesario restituir o reacomodar, valorar y consensuar los propósitos de la suerte de varas, el uso de las banderillas, la espada y la espada de descabellar. Si todo lo anterior lo analizan sus propios ejecutantes, tendremos una representación adecuada a nuestro tiempo, matizada, con objeto de que no resulte del todo “violenta”.

   Tauromaquias como las de Pepe Hillo y Paquiro fueron quienes establecieron pautas para encaminar de mejor forma un espectáculo que evolucionó y se afinó en buena parte del siglo XIX, y de todo el XX. Otro punto de inflexión es la medida que impuso en 1928 Primo de Rivera para el uso del peto protector y que luego hizo suya la fiesta mexicana en 1930. Lo que queda entonces es adecuar la fiesta a una real condición de conformidad con nuestros tiempos. En ese tenor, aprecio y observo que la tauromaquia tal y como hoy se representa parece estar en armonía con el minimalismo, sobre todo cuando algunas de sus escenas son llevadas a su mínima expresión. El fondo musical de Phillip Glass, Steve Reich o John Cage podrá ayudarnos en algo para entender a qué punto de posible agotamiento o renovación se enfrenta el toreo en cuanto tal. Y hay algo más. Debe fijarse el propósito de que los repertorios donde domina la escasez se renueven, sean otra cosa. La misma vista cansa y no es posible que todo se reduzca a verónicas, chicuelinas y algún lance más como sucedería también junto al catálogo de la muleta. Con ambos instrumentos, el catálogo es caudaloso, pero no hay forma de que se ponga en valor la variedad, lo cual hace difícil que ello suceda hasta en tanto se lo propongan los toreros.

   Es deseable por tanto que se preste atención a este capítulo esperando ver los resultados que se prevén.

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Fotografía: Antonio Petit Caro, disponible en  internet “Taurología.com”, http://www.taurologia.com/historiador-mexicano-coello-ugalde-inaugura-curso-aula–3866.htm

29 de octubre de 2015.

   La tauromaquia por sí misma reúne tal cantidad de circunstancias que terminará defendiéndose sola. Pero necesita la inminente organización de actores y espectadores en cualquier escala de participación. Si los estamentos más directos: autoridades, ganaderos, empresarios, toreros y medios de comunicación no se acercan lo suficiente, deben ser convocados a una profunda revisión de los instrumentos que hacen posible la celebración del espectáculo, y en ello le va la vida por ejemplo a los intelectuales, quienes habrán de demostrar cuán importante es y ha sido el derrotero de la tauromaquia para saber a qué aspiramos en estos momentos cruciales, donde los tiempos se reducen cada vez más.

   De ese esfuerzo planteado hasta aquí, apenas en su parte más epidérmica depende el futuro de la fiesta de los toros, sin más. Es deseable que, desde foros universitarios o académicos en los que, entendemos se abren a todas las razones universales del conocimiento, se mantengan actividades de análisis, reflexión y estudio para pensar y repensar ya no solo un pasado rico, por lo demás en un legado extensísimo. Es preciso tener en cuenta la realidad del presente para configurar un destino conveniente. Lo demás, vendrá por añadidura.

   La Universidad de Murcia (España) me ha permitido impartir un seminario relacionado con el avance de mi tesis doctoral cuyo título es: “Los impresos y documentos taurinos en México. Siglos XVI al XXI. (El caso de dos bibliotecas y hemerotecas taurinas: Madrid y Morelia)”. Realizar esta labor en el salón de clases (auténtico anfiteatro por otro lado), y dirigirme a alumnos en las carreras de Periodismo y la de Información y documentación, fue posible gracias al apoyo de la Dra. María Verónica de Haro de San Mateo, profesora-investigadora de dicha institución, así como de uno de sus Decanos, el Dr. Francisco Javier Martínez Méndez, quienes sin su apoyo habría sido imposible llevar a cabo dicha actividad.

   Del mismo modo, debo agradecer desde aquí la generosa recepción que el Dr. Rafael Cabrera Bonet me permitio para  pronunciar , como apunta mi buen amigo D. Antonio Petit Caro, «la lección magistral con la que se inauguro el nuevo curso –y van ya 15– del Aula de Tauromaquia de la Universidad San Pablo-CEU, la tribuna académica ya reconocida como la más rigurosa en el tratamiento de las cuestiones taurinas. La conferencia de apertura resultó todo un acierto: muy original en el fondo y en la forma, toda la disertación iba en paralelo con la proyección de documentos inéditos en España y un acertado fondo musical. Pero para ofrecer una versión más global, Coello contextualizó los hechos taurinos con la vida social y política de la época. Un conjunto todo él muy poco conocido en España, pero que sin embargo supuso un importante factor de enraizamiento de la Tauromaquia».

   Con lo anterior queda demostrado que estudiantes e investigadores de tres reconocidas universidades: la de Murcia San Pablo CEU y la Universidad Nacional Autónoma de México, reunidas en ocasiones muy especiales, hayan unido esfuerzos en sendos actos en los que se dejó ver lo intensas que pueden ser las luces del pensamiento. Lo celebro y saludo.

Madrid, España, 28 de octubre de 2015.

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