EFEMÉRIDES TAURINAS MEXICANAS DEL SIGLO XX.
POR: JOSÉ FRANCISCO COELLO UGALDE.
Como lo apunto en la INTRODUCCIÓN de mi libro –inédito-, “José Guadalupe Posada en los toros. Cronista de la imagen” (311 p. Ils., retrs., fots, facs.):
El presente libro desea poner en valor la obra de José Guadalupe Posada Aguilar, quien nació el 2 de febrero de 1852 en Aguascalientes, y murió el 20 de enero de 1913 en la ciudad de México, a causa de su descontrolado alcoholismo. Artista popular, creador y hacedor de miles de grabados en peculiar estilo confundido, quizá con el de su contemporáneo Manuel Alfonso Manilla, será desde aquí, motivo no sólo de un reconocido homenaje. También habrá oportunidad de revisar nuevos materiales y analizarlos con las herramientas e interpretaciones estéticas a disposición, pero sobre todo, por tratarse de grabados inéditos o poco conocidos. Desde luego el leitmotiv para esta serie es el tema taurino, del que no oculta su gusto y afición declarados en rasgos posadianos inimitables.
Por lo tanto, cumpliéndose el día de hoy otro aniversario luctuoso de este gran artista popular mexicano, dedico uno de los capítulos que integran el volumen señalado líneas arriba.
JOSÉ GUADALUPE POSADA EN LOS TOROS. (XLIX)
El parecido entre la imagen fotográfica y el grabado es asombroso. Una costumbre de la época, entre los diversos artistas que publicaban recreaciones de la realidad fotográfica bajo el modelo convencional del grabado o el dibujo, fue la que adoptó con frecuencia José Guadalupe Posada para ilustrar sus trabajos con toque taurino. Tal es el caso de lo que para finales del siglo XIX y comienzos del XX representó la figura de uno de los diestros de moda: Nicanor Villa “Villita”, quien hizo pareja con Luis Mazzantini buen número de tardes, en la que fue célebre “Temporada Mazzantini”, ese recurso de reivindicación del guipuzcoano que, al materializarlo, se curaba en salud, tras el ya lejano y oscuro capítulo, el de su tarde de presentación en la ciudad de México, que como sabemos, ocurrió el 16 de marzo de 1887 ocasión que trajo consigo la descalificación que los aficionados impusieron sobre la que fue una inusitada muestra de errores, que le costaron tal reprimenda. Páginas atrás, se dedicaron buen número de párrafos para desmenuzar el sucedido.
Finalmente debo agregar que con toda seguridad, la imagen de la derecha haya sido lograda por alguno de los famosos hermanos Valleto, que contaban con un moderno y completo gabinete fotográfico en el centro de la ciudad de México.
Retomo otras breves notas, y ahora sí concluyo la presente colaboración, que provienen de mi trabajo, el cual ha corrido con la mala suerte de que, por tratarse de un libro de toros, causa la natural incomodidad, producto, entre otras cosas de los tiempos que corren. Veamos:
El 20 de enero de 1913, un turbio ambiente se vivía de manera bastante intensa en la ciudad de México. Semanas más adelante, habría de transcurrir un episodio ominoso como fue el de la “Decena Trágica”. Pero el 21 de enero, la prensa, que debió haber registrado tan significativa pérdida, la de José Guadalupe Posada Aguilar, reportaba entre otras cosas, la erupción del volcán de Colima, o se daba cuenta de “El sangriento Crimen del Apartado”, hechos ocurridos en la segunda calle del Apartado, del que fueron protagonistas Joaquín Suárez Zapata y su prima, la señorita Margarita Suárez, que perdió la vida a manos de su primo y novio, recibiendo varias lesiones con arma de fuego, y cuyo cadáver fue arrastrado después con lujo de crueldad por su matador, quien fue aprehendido, procesado y más tarde sentenciado por el Tribunal del pueblo a sufrir la pena de muerte”[1] acontecimiento que hubiera hecho suyo José Guadalupe ilustrándolo a su manera, como fue el caso de otros tantos escándalos de tal naturaleza.
José Guadalupe Posada (a la derecha). INAH-SINAFO. N° de catálogo: 25296.
Maestro: ¡Que esta página vaya en su memoria!
[1] El Imparcial, D.F., del martes 21 de enero de 1913, p. 7.