RECOMENDACIONES y LITERATURA.
POR: JOSÉ FRANCISCO COELLO UGALDE.
Cada nuevo libro que aparece es como un aliento que se agradece. En este caso, acabo de adquirir uno que, dedicado a los niños se ocupa del tema taurino, aunque con algunas obligadas observaciones por hacer. KERU posee en su contenido el discurso destinado a dar una idea que lamentablemente no se corresponde con el contexto de la crianza y lidia del toro. Su autor, en cambio lo humaniza al grado de construir sentimientos y no sensaciones que en su significado animal o humano pueden o podrían tener notorias diferencias. Simón Potl que no siendo un hacedor con obligación de conocer el modus vivendi del campo o la plaza, pero sí con la idea de comunicar sus realidades, hace de esta obra un trabajo deliberadamente pensado para que los niños construyan o conciban una idea –por demás equivocada-, de los aspectos que rodean al toro de lidia y de la fiesta en lo general. En KERU hay un conjunto de mensajes subliminales metidos allí para construir notorias y diversas razones que, una vez más, representan más sentimientos humanos que los propios códigos animales, sujetos en este caso a la necesaria domesticación.
Simón Potl: KERU. La historia de un torito. Ilustraciones: Antonio Castellanos. México, BBM Ediciones, S.A. de C.V. 54 p. Ils.
De parir la vaca a separar la cría pasados 9 o 10 meses (operación denominada “destete”) es tener un primer y necesario paso que los ganaderos aplican para integrar al potencial añojo a la manada. Por otro lado, se refiere intermitentemente la ausencia de un “padre”, integrante del que se tiene presencia y no, puesto que son los machos, con la edad apropiada que luego de una rigurosa y paciente selección, los que son enviados a la plaza. Sin embargo KERU lamenta esto y anhela encontrar algún día a quien lo procreó. Desde luego, y al paso de la lectura, se encuentra a un protagonista en edad apropiada para ser enviado a la plaza. Eso, a los ojos del autor sucede en una circunstancias que tampoco corresponden con la realidad, como también no lo es cuando plantea la presencia de diversos maltratos a que se somete a un toro previa su salida al ruedo. Nos consta a muchos aficionados que si bien, existen sospechas en la aplicación de métodos flagrantes y atentatorios en contra de la integridad del toro; no tenemos por otro lado, evidencias que así nos lo hagan confirmar. Y si como desliza el autor existen esos casos de tortura, esa será la visión que se concibe desde la especulación misma; distante y ajena del conjunto de significados que la tauromaquia ha acumulado en siglos de expresión. Por lo tanto KERU es un libro con el cual el niño debería concebir una visión general, pero no equivocada sobre la tauromaquia y sus diversos matices, si para ello depende una confirmación honesta y equilibrada de los padres.
En el fondo, si la idea es manipular la conciencia infantil para que los niños construyan falsos escenarios, esa me parece una mala labor, pero también un empeño didáctico sesgado que insisto, no es afín al universo que se ha concebido desde hace siglos en torno al espectáculos de los toros y que en este aquí y ahora, pretenden alterar desde visiones totalmente equivocadas, mismas que serían en el fondo, detonantes fundamentales de esa deliberada campaña que hoy fabrican personas e instituciones para argumentar que los toros generan un mal en la mentalidad infantil, dando ejemplos como aquel en que con la sola presencia del niño en la plaza se tiene a potenciales asesinos en potencia y otras aberraciones que debemos derribar en ese pleno ejercicio de la libertad primero. De la justificación de la tauromaquia después.