CURIOSIDADES TAURINAS DE ANTAÑO EXHUMADAS HOGAÑO.
POR: JOSÉ FRANCISCO COELLO UGALDE
El que fuera General de División y un revolucionario que pudo reflejar sus reflexiones durante aquel movimiento armado, Francisco L. Urquizo (1891-1969) tiene en su haber varias novelas, como “Tropa vieja”, “Tres de Diana”, “Viva Madero” y una de las más conocidas también: “Fui soldado de levita de esos de caballería” entre otras.
Con una visión en absoluto apego a la educación militar, describe infinidad de pasajes que recuerdan diversos capítulos y episodios de la revolución mexicana, proceso que vino a dar un cambio en ciertos aspectos de la vida social, política y económica por la que se dio aquel levantamiento, pero que al cabo de los años, parece no haber conseguido los principales propósitos para la que fue concebida. En cambio, el más de un millón de muertos durante el tiempo que duró ese duro capítulo fue el fatal tributo a las aspiraciones de unos cuantos. Con el tiempo, nuevos representantes “revolucionarios” en lo ideológico o hasta en lo demagógico, aparecieron en escena, pretendiendo con ello atribuirse privilegios que ni por casualidad, eran ya los que decidieron el levantamiento armado.
En búsquedas hemerográficas recientes, encontré un interesante texto que, a modo de colaboración, entregó el General Urquizo a la redacción de El Heraldo de México. Tales notas salieron publicadas el lunes 30 de mayo de 1966, y en ellas se ocupa de la prohibición que impuso a las corridas de toros, el también General Venustiano Carranza. Bien vale la pena conocer otro testimonio de quien, como Urquizo estuvo tan cerca de aquellos acontecimientos.