Archivo mensual: septiembre 2018

UN DÍA COMO HOY, SE PRESENTA LA GANADERÍA DE SAN DIEGO DE LOS PADRES EN 1887.

EFEMÉRIDES TAURINAS MEXICANAS DECIMONÓNICAS.

 POR: JOSÉ FRANCISCO COELLO UGALDE.

 

Uno de los varios Azote, este marcado con el N° 12, era un toro berrendo en negro, coletero y botinero y que lo toreó inmejorablemente Rodolfo Gaona el 15 de febrero de 1925 en “El Toreo” de la Condesa, con corte de orejas y rabo. Col. del autor.

Como lo podemos ver en las Efemérides taurinas mexicanas de Luis Ruiz Quiroz (q.e.p.d.), el día 26 de septiembre de 1887 –hoy hace la friolera de 131 años-, se presentaron por primera vez en la ciudad de México, toros que procedían de la ya conocida hacienda de San Diego de los Padres. Esto ocurrió en la plaza de toros “Colón” y quienes se enfrentaron al encierro fueron los matadores Juan León “El Mestizo” y Antonio Mercadilla “El Zenzontle”.

Para tener un panorama más completo y cercano a lo que significó en el pasado la hacienda sandieguina, lo mejor será compartirles una entrevista imaginaria que sostuve con don Manuel Barbabosa Saldaña, esto en mayo 30 de 1912. ¿Me acompañan?

Dígame usted, el porqué del nombre de la ganadería de San Diego de los Padres.

“Esta Azienda fue del justísimo señor don Juan de Zumárraga, Arzobispo de México, y en este paraje tuvo su capilla su memoria y su beneración”, se lee en una losa, que mandó grabar sobre las ruinas de esa capilla, el señor don Bernabé Serrano, dueño de la hacienda en el año de 1736. Una cruz de piedra se irguió, junto a la losa, también por mandato del señor Serrano. Según noticias de esa inscripción, don Simón de la Cuadra, era el administrador de la “Azienda”, el 6 de octubre del año mencionado. Antes de que la propiedad fuera de don Bernabé Serrano, el Arzobispo don Juan de Zumárraga, anterior dueño, cedió la hacienda a los padres dieguinos, y a causa de esta donación, desde entonces esas tierras se llamaron de San Diego de los Padres. Muy cerca de donde estuvo la primitiva capilla, cincuenta varas al sur de ella, se construyó otra, empezándose su edificación el 7 de enero de 1873, por mandato de quien en aquellos tiempos era propietario de esas tierras, y fue fundador de la ganadería brava de San Diego de los Padres, el señor don Rafael Barbabosa. La nueva capilla terminó de construirse el mismo año, el día 5 de octubre, colocándose diez días después de la conclusión de la obra, o sea el día 15 de ese mes, una placa que da noticia de ello.

Rafael Barbabosa Arzate compró San Diego de los Padres el 13 de octubre de 1863 a Refugio San Román de Cortina, por la cantidad de $33,600.00.

-Don Manuel, ¿puede usted darnos un panorama general de la ganadería de San Diego de los Padres?

-Con mucho gusto. Para ello me serviré de unas notas que redacté allá por 1912 y que titulé:

DATOS DE LA GANADERÍA DE SAN DIEGO DE LOS PADRES, propiedad de los SEÑORES RAFAEL BARBABOSA SUCESORES, vecinos de Toluca, Edo. De Méx.

-El Señor Rafael Barbabosa, por su gran afición a las corridas de toros, y deseoso de tener en su Hacienda de San Diego de los Padres toros bravos, tuvo un empeño grandísimo por formar una ganadería y para lograr sus fines seleccionaba entre sus vacas que tenía, para esquilmarlas en el producto de leche, aquellas que aunque mansas, tuvieran más brío y las acompañó de toros que fuesen más briosos y bravucones; con este objeto compró en la Hacienda del Salitre unos toros que caló él mismo, para hacerse de aquellos que se manifestaran más bravos.

-Me remontaré al año de 1863.

-Del producto de esta simiente iba seleccionando lo que daba mejor prueba en la CALA, que verificara en el patio de la Hacienda, con pieles secas de res que los utilizaba como dominguillos. Fueron pasando algunos años, durante los cuales el señor Barbabosa -mi padre- veía con gran gusto sus toros en un potrero, llamado de los Talayotes y como no se lidiaban sus toros, su diversión consistía en calarlos en el llano y verlos enojados desafiando.

-¿Tiene usted idea cómo se dieron los primeros pasos con los que se consolidó la hacienda de San Diego de los Padres?

-Llegó la vez en que con motivo de una fiesta verificada en la Hacienda, se corrieron unos toros, ya en el redondel que se había hecho, así como las oficinas necesarias y en esa corrida se lidiaron cuatro toros por la cuadrilla que capitaneaba Epigmenio Moreno, a la cual asistió numeroso público de Toluca. Como de esta corrida quedara el público muy contento se llegaron al Sr. Barbabosa los señores Epigmenio Moreno y José Acevedo para comprarle cuatro toros que deseaban lidiar en la plaza de Toluca, a lo que accedió el Sr. Barbabosa con la condición de que no fueran anunciados de San Diego de los Padres.

-¿Cómo fueron anunciados entonces?

La empresa los anunció como “Los únicos competidores de los de Atenco”. El resultado de la corrida fue brillante, quedando el público muy satisfecho del juego de los toros por lo duros que fueron para con los caballos y en dicha corrida se le perdonó la vida a uno volviendo a la Hacienda para semental. Esto ocurrió en 1869, debut de la ganadería.

-Y después, ¿qué siguió?

-El Sr. Barbabosa entusiasmado por el éxito obtenido siguió fomentando su ganadería y al año siguiente fueron solicitados por la Empresa de Puebla, donde se jugaron en diversas corridas ya con el nombre de la Hacienda; obteniendo buen éxito en relación con la lidia de aquel entonces de la cuadrilla Hernández que fueron los que los lidiaron, hasta que posteriormente se jugaron en las plazas de Tlalnepantla y Huisachal.

-Por cierto, déjeme comentar, que la mencionada cuadrilla Hernández, estaba formada por Felipe Hernández, que banderillaba a caballo. También por José María Hernández “El Toluqueño”, quien se anunciaba como capitán y primera espada. La “segunda espada” era Encarnación Escamilla y sus banderilleros: Telésforo Parra, Luis Resillas, Dario Maldonado y Luis Ávila, que nada tenía que ver con el otro Luis Ávila, quien tuvo destacadas actuaciones en la primera mitad del siglo XIX. Los picadores fueron: Antonio Hernández, Cosme Esquivel, Guillermo Reyes, Pedro Alva e Ireneo García.

-Sabemos de la gran amistad que tuvo Bernardo Gaviño con su señor padre…

-En efecto. Bernardo Gaviño se hizo amigo del Sr. Barbabosa y le hablaba de las ganaderías españolas, de sus hierros, divisas y entre las ganaderías que le ponderaba como notables, era la del Exmo. Sr. Duque de Veragua y por simpatía a las narraciones que le hacía de ella quiso que sus toros fueran distinguidos por los colores rojo y blanco, mismos que usaba el Sr. Duque y a instancias de un buen amigo del Sr. Barbabosa, don Manuel Rodríguez, sevillano, se picaron unas vacas en el año de 1885, con lo que adquirió mayores conocimientos del modo como en España se calificaban los toros; hasta que desgraciadamente murió el fundador de la ganadería en marzo de 1887 pasando a sus hijos que la han seguido fomentando con todo empeño y escrupulosidad.

-En el afán de aclarar un aspecto que podría resultar insignificante, puntualiza don Manuel, que los colores de la divisa, dicen algunas historias, se debe a que en San Diego se veneraba al Sagrado Corazón de Jesús, imagen de bulto que lleva los colores rojo y blanco y que en Atenco, por estar en la capilla la imagen de la Purísima Concepción, vestida con ropajes donde predominan los colores azul y blanco, por ese solo motivo, los toros de una y otra, ostentan los colores de sus divisas por esa razón.

-Bien, continuo. Estos señores, ya con la simiente habida así como con el trato de los toreros que fueron viniendo a la república, entre los que se cuentan Juan Ruiz “Lagartija”, Manuel Hermosilla, “El Tortero”, Diego Prieto “Cuatro Dedos”, mismos que dieron un impulso a la ganadería, pues ellos hacían algunas tientas y aún hacían la distribución del ganado. Más adelante, por los años de 1893 a 1897 Juan Jiménez “El Ecijano” dirigió la retienta de las vacas y el año de 1896 les vendió a los Sres. Barbabosa un toro de la ganadería de Ibarra que al ser lidiado en la plaza de Bucareli el año anterior se le perdonó la vida pero como el toro era ya viejo murió al poco tiempo habiéndose logrado poco de él. Los Sres. Barbabosa han seguido día a día fomentando su ganadería y para elevarla a mayor altura y quitarle defectos que aún conservan sus toros, han adquirido otros tantos de las ganaderías españolas de los Sres. D. Felipe de Pablo Romero y del Exmo. Marqués del Saltillo con objeto de cruzar la ganadería que hoy poseen. Estos sementales los recibieron en Octubre del año de 1910.

-¿Podría darnos sus nombres y características principales, así como la distribución que se tuvo de los embarques que llegaron simultáneamente de España, tanto de Pablo Romero, para Atenco, como del Marqués del Saltillo, con la sola idea de que se ponga en claro cuál fue el pie de simiente para cada una de estas dos célebres haciendas?

-Sí, como no.

Pero primero déjeme incluir la opinión de mi familiar, el Sr. José Julio Barbabosa, quien en su libro de apuntes, llamado: Orijen de la raza brava de Santín, y algunas cosas notables q.e ocurran en ella J(…) J(…) B(…). Santín Nbre 2/1914, consideraba lo siguiente:

según he sabido, para la de Atenco y S. Diego el año de 1910 en octubre, llegaron a ésta 2 toros del Marqués del Saltillo y 2 de Felipe Pablo (Romero) y 1 vaca de este señor, por haberse muerto otras en el camino, y 6 vacas del Marqués, con cuyos elementos que según dicen les costaron veinte y dos mil y pico de pesos, han mejorado las dos ganaderías, yo no he asistido a ninguna de las corridas que han dado con esos toros cruzados, pero según dicen, en general han salido muy buenos y como es natural, algunos malos (notas que realizó hacia 1920).

Para Atenco venían tres vacas, habiendo muerto dos en alta mar. Llegaron a la hacienda el 10 de febrero de 1911. Arribaron la Nº 354 “Chaleca”, negra zaina, la Nº 1 “Nevada”, negra muleta entrepelada, Nº 2, Gitana, morcilla entrepelada; Nº 3 “Fierecilla”, retinta y la Nº 4, “Triguera”, morcilla entrepelada. Acompañadas de “Colmenero”, cárdeno listón bragao y de “Nevado”, negro zaino. En cuanto a San Diego de los Padres, llegaron a esta hacienda el 12 de octubre de 1910 las 6 vacas:

Nº 140 “Lamparilla”, cárdena

Nº 147 “Baratera”, negra

Nº 122 “Chinela”, negra mulata

Nº 128 “Corbatilla”, cárdena

Nº 65 “Guapetona”, cárdena y la

Nº 115 “Navarrita”, negra bragada

Así como por los toros: “Zamarrero”, negro entrepelado bragado, “Media Luna”, negro y “Bosquero”, también negro.

-Don Manuel: sabemos de la celebridad de un buen número de toros salidos de los potreros de San Diego de los Padres. ¿Recuerda el nombre de algunos de ellos, describiendo alguna anécdota sobre su juego en el ruedo?

Entre los toros que se han distinguido por sus hechos se anotan los siguientes:

CANARIO, negro listón jugado en Puebla al que el vaquero durante el camino de la hacienda a Puebla le cargaba sobre sus lomos zarape, manga, chaparreras y el morral donde llevaba su comida y lo cinchaba para sujetar estos arneses con los que entró hasta la misma plaza y en su lidia fue bravo.

CAPULÍN, negro, que se había familiarizado con el vaquero que lo cuidaba, que dormía cerca de su choza y lo acariciaba. En su lidia fue muy bravo y Bernardo Gaviño que lo lidiaba hizo salir al redondel al vaquero, el toro se le arrancó acometiéndolo y este lo llamó por su nombre y al oírle el toro cambió de dirección. Volvieron a citarle los picadores a los que hizo cisco y el público en masa pidió que se le perdonara la vida muriendo al poco tiempo en la hacienda a consecuencia de las heridas.

AZOTE. Dos toros de este nombre que eran muy semejantes merecieron por su bravura que fuesen indultados en las plazas de Tlalnepantla y Puebla.

Rodolfo Gaona y Azote, la tarde del 15 de febrero de 1925. Fotografía: Luis Reynoso.

   Y un servidor hace la pertinente aclaración, donde por cierto, El Califa de León Rodolfo Gaona, se despidió en el antiguo “Toreo” con AZUCARERO, berrendo en cárdeno, careto, coletero y recogido de cuerna, lidiado en séptimo lugar como toro de regalo en la memorable tarde del 12 de abril de 1925.

Con los años, esta ganadería sufrió merma en espacio, lo que obligó a su entonces propietario, don Antonio Barbabosa, a trasladar la mayoría del ganado a Atenco. Y esa merma también se tradujo en el intermitente abandono de la hacienda, con lo que ya fue imposible mantenerla, quedando como hasta ahora, en estado lamentable. La “Sociedad Rafael Barbabosa, Sucesores” fue disuelta en 1949, por lo que fue don Juan de Dios Barbabosa quien conservó la ganadería hasta su muerte, ocurrida el 15 de septiembre de 1957. Es sabido que en 1960, su hijo el Dr. Agustín R. Barbabosa Ballesteros vendió el ganado de San Diego de los Padres a D. Nicolás González Jáuregui, quien lo traslado a Ajuchitlancito, Querétaro conservando el hierro quemador y los colores de la divisa, desde esa fecha y hasta. Un año más tarde González Jáuregui agregó dos sementales de Jesús Cabrera.

-Durante el “imperio de Gaona”, este formidable torero, tuvo a bien torear al que puede considerarse el tercer AZOTE, con el que obtuvo un célebre triunfo, después de magnífica labor. Esto ocurrió la tarde del 15 de febrero de 1925.

y don Manuel recupera la conversación evocando a TIGRE y PIRATA, dDos toros muy bravos que se les perdonó la vida y sirvieron durante algún tiempo de sementales.

GENDARME y FLECHA, lidiados en Tlalnepantla, resultando superiores y uno de ellos causó tal entusiasmo al ministro de España que asistía a la corrida, que llamó al palco a Bernardo Gaviño regalándole una petaquilla y le dijo: “Con estos toros no se echan de menos los de España».

-Y va de historia, don Manuel. GENDARME y FLECHA, se lidiaron el domingo 11 de junio de 1876, estando en la plaza, entre otros personajes don Carlos VII de Borbón.

Clementina Díaz y de Ovando, en su libro Carlos VII EL PRIMER BORBÓN EN MÉXICO, relata el acontecimiento.

   El domingo 11(de junio de 1876) don Carlos asistió en Tlalnepantla a una corrida de toros. Muy príncipe, pero llegó a su palco como cualquier plebeyo, entre pisotones y empujones. La gente de sol lo ovacionó a su manera gritándole indistintamente; ¡don Carlos! O ¡don Borbón! Los bichos resultaron bravos, un picador y un banderillero se lucieron, y “un chulillo hábil y valiente manejó la capa como el barón Gostkowski el claque”.

   Don Carlos estuvo muy cordial con los que le ofrecieron la fiesta, llamó a su palco al banderillero y al picador (y como veremos después, al propio Gaviño), y los premió con esplendidez. El picador bien lo merecía ya que realizó toda una proeza, según reseñó La Revista Universal el 13 de junio:

La hazaña del picador merece contarse: embistió el toro y resistió el de a caballo bravamente; ni él se cansaba de arremeter; ni el hombre de resistir; al fin, desmontándose hábilmente sin separar la pica de la testuz, el picador se deslizó del caballo, se precipitó entre las astas del toro, soltó la púa, se aferró con los brazos y las piernas de la cabeza del animal, y mantuvo todavía algunos minutos completamente dominado y sujeto contra el suelo por un asta. El de la hazaña fue objeto de grandes ovaciones: ¡si al menos el mérito de la lucha hubiera salvado al mísero animal!

   Pero faltaba que Enrique María de Borbón llamara a su palco a Bernardo Gaviño a quien regaló una petaquilla y le dijo: “Con estos toros no se echan de menos los de España”.

 PAVO REAL, negro zaino, bizco, lidiado en 1885 en la plaza de Tlalnepantla, siendo la presentación de la cuadrilla de “Mateíto”; fue un toro que sufrió 12 varas matando seis caballos, banderillado por Ramón López y fue el único toro que murió en el redondel por manos de “Mateíto”, pues de los corridos no pudo matar ninguno y todos fueron lazados y muertos a puntilla pues todavía no se acostumbraba volverlos al corral. En esta corrida fue donde el público de México conoció al Sr. D. Ramón López.

PORQUERO. Toro colorado, lidiado en la plaza “México” el 1 de marzo de 1903, y al que “El Imparcial” nombró CICLÓN por su gran poder; recibió 12 varas y en una de ellas al arremeter contra un caballo y estar corneándolo rompió los cerrojos de la puerta de la barrera y también abrió la puerta de salida al patio de caballos para donde se salió y fue a matar una jaca pinta del “Castañero” [picador de toros] y herir varios caballos de los coches de algunos capitalistas que introducían sus coches dentro de la plaza. Fueron 9 el número de caballos que mató y “Gorete” lo pasaportó al destazadero.

CALENDARIO, negro zaino, lidiado la tarde del 29 de noviembre de 1903 en cuarto lugar y en la plaza “México”. Fue un toro notable en toda su lidia pues soportó diez varas dando diez tumbos y mató seis caballos, llegando al último tercio bravo y sencillo. Algún revistero al reseñar la corrida se expresó en estos términos: “Fue un toro bravísimo y noble en grado superlativo en toda la lidia; un toro que por sí solo basta para acreditar una ganadería. ¿“Jaquetón”, “Catalán” y otros de imperecedera memoria serían como este, mejores? ¡Imposible! “Machaquito” lo mató de una estocada monumental y entre los toros bien matados en México este es uno de ellos.

Un ejemplar de San Diego en los corrales del “Toreo” de la Condesa, allá por los años 40 del siglo pasado.

   Antiguamente, cuando un toro era muy bravo el público pedía que se le perdonara la vida y en su honor se concedía. Abolida esta costumbre, después de muchos años transcurridos, a este toro fue el primero que se le tributaron los honores modernos pues al ser arrastrado fue paseado en el ruedo dándole dos vueltas en medio de música y los vítores de la concurrencia.

VIOLETO, negro zaino. Jugó en una corrida a beneficio de las víctimas de Guanajuato, organizada por “El Imparcial”, quien le puso a este toro por nombre JAPONÉS. Fue lidiado en la plaza “México” el 13 de agosto de 1905 por Félix Velasco; fue bravísimo soportando hasta nueve varas y en las dos primeras mandó al callejón a los picadores. Se lidiaron en esa tarde además de VIOLETO, tres toros de San Nicolás Peralta, uno de Parangueo y uno del Venadero.

PLATANITO, negro albardado, bragado, lidiado en la plaza “El Toreo” el 10 de enero de 1909, en una corrida a beneficio de las víctimas de Italia en toda su lidia fue superiorísimo, sufriendo bastante número de puyas. Lo mató “Bienvenida” muy bien y levantó su cartel en esta corrida pues el público la había tomado con él. También jugó en esta misma corrida un toro negro llamado ABORRECIDO que fue muy bravo y lo mató el mismo “Bienvenida”. Estos toros jugaron respectivamente en 2º y 5º lugares.

HERRERO, toro retinto, jugado en la plaza “El Toreo” el 3 de marzo de 1912 en el primer concurso de ganaderías verificado en México. Se lidió como reserva del segundo toro (de esta misma ganadería) y fue un toro bravísimo, recibiendo ocho varas, metiéndose debajo de los caballos y empujando con los cuartos traseros de verdad. Fue banderillado por Gaona en un par al cambio superior, otro de “Corchaíto” también al cambio y otro de Vicente Pastor al cuarteo, quien al clavar le arreó media estocada con el palo de la banderilla (¿?) que tuvieron que sacárselo desde la barrera. El toro se conservaba al último tercio muy bravo y muy noble, habiéndose toreado él solo con la muleta pues “Corchaíto” lo único que hizo fue ponerle delante la muleta habiendo tenido campo de hacer una faena digna de uno de los soles de la tauromaquia. Al ser arrastrado fue calurosamente ovacionado pidiendo el público que se le tributaran honores, paseándolo por el redondel y no le fue adjudicado el premio por haber estado fuera de concurso.

-No me resta sino agradecerle a usted el que me haya permitido proporcionarle estos invaluables datos acerca de San Diego de los Padres, recordando que esta conversación tuvo lugar en TOLUCA, MAYO 30 DE 1912. MANUEL M. BARBABOSA.

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EDITORIAL.

POR: JOSÉ FRANCISCO COELLO UGALDE.

CARTA ABIERTA DIRIGIDA A LOS SEÑORES

Christian von Roehrich, Ángel Luna, delegados salientes en la “Benito Juárez”; así como al C. Santiago Taboada, nuevo representante en la alcaldía de “Benito Juárez”.

Presente.-

Señores Roehrich y Luna:

Lamento comentarles, como un aficionado más a los toros que su actuación, al menos desde que la empresa de la plaza de toros “México” fue asumida por los señores Bailleres y Sordo Madaleno hace casi dos años, deja ver que no tuvo para ustedes el interés que amerita una expresión que, para su desarrollo cuenta con un reglamento, y además, como espectáculo público se encuentra incluido en la ley respectiva.

Simple y sencillamente “dejaron hacer”, y con esto, la empresa, entre otras cosas, tuvo a bien instalar un descarado servicio de bebidas alcohólicas que hoy permanece impune, con lo que podría pensarse que el esquilmo se encuentra a todo lo que da, y no importa ley ni autoridad que se interponga, pues lo visto es que solo hay una ley: la que pervive en los bares, antros y demás espacios donde se expenden este tipo de bebidas. El tránsito de vendedores es descarado, aún a pesar de que el Art. 56 del Reglamento Taurino en vigor recomienda otra situación, que a la letra dice:

A la hora anunciada en los programas para el inicio del festejo, el Juez de Plaza dará orden de que suenen clarines y timbales y la función comience. En ese momento suspenderán sus actividades los vendedores en los tendidos y los alquiladores de cojines y ni unos ni otros podrán ejercer su comercio, sino en el lapso que va del apuntillamiento del toro al toque que ordene la salida del siguiente. La empresa y los vendedores serán directamente responsables del cumplimiento de este artículo.

Este reglamento fue expedido el 21 de mayo de 1997 y cuenta con últimas reformas fechadas el 25 de octubre de 2004.

De igual forma, han instalado cantinas en espacios que cuentan con butacas, restando con ello posibilidades para que los asistentes ocupen dichas localidades (por supuesto hace falta que la plaza registre una vez sí y otra también el lleno, bajo el aviso de “¡No hay billetes!”, lo cual se percibe cada vez más lejano). Pero, en lo fundamental lo que notamos es que la autoridad de la autoridad no se ha impuesto, por lo que el mal pervive al punto de que no han logrado sancionar, ni tampoco clausurar una serie de condiciones que hasta hace poco no estaban presentes, y que tampoco lo estuvieron en otros tiempos en la plaza más importante del país (salvo que se vendiera y siga vendiendo cerveza, única bebida alcohólica que en el supuesto del cumplimiento legal está permitida).

Sin embargo, el hecho es que el giro que ahora presenta la plaza de toros “México”, parece estar clasificado en el concepto de bar y no de espacio para espectáculos públicos, con lo que crece el nivel en su falta de seriedad. Lamento de verdad, el hecho de que literalmente abandonaron su responsabilidad al no vigilar debidamente las condiciones en que ahora ha caído el coso capitalino.

Sr. Luna: está a punto de irse, por el cambio en puerta, pero tanto usted como el Sr. Von Roehrich evadieron cualquier asunto relacionado con este caso, que hoy ya se ha convertido en auténtica plaga…

Sr. Santiago Taboada

…esperamos que usted pueda hacer algo, tan luego tome las riendas administrativas en la “Benito Juárez”, para reparar la imagen de una plaza donde la empresa que la regentea –eso sí- lo hace a sus anchas, por lo que la autoregulación se ha convertido en figura de impunidad con lo que queda bastante claro que solapar más comercio, no les representa ninguna importancia –salvo la económica-, generando con ello la invasión de espacios que pueden convertirse en auténticas trampas humanas; siempre y cuando llegue a presentarse algún incidente o desalojo imprevisto. El resultado: venga, más y más comercio, ante el cual no estoy en contra; es una forma digna de ganarse la vida. El hecho es que permitirlo al exceso ha alcanzado puntos que pueden convertirse en un auténtico dolor de cabeza… o en un riesgo.

Pero aún faltan muchos otros puntos que deben corregirse para tener como resultado, el correcto desarrollo de un espectáculo público como el de las corridas de toros, mismo que se celebra en un recinto ubicado en la alcaldía que usted va a gobernar, a partir del 1° de diciembre próximo.

Lo que privó el domingo 23 de septiembre de 2018 en la plaza de toros “México” fue nuevamente ese estado de cosas, y creo que de seguir así, nos encontraremos con la persistencia ufana de quienes así lo han tolerado.

Espero, sobre todo de usted, la consideración a este asunto, y que quede corregido lo más que sea posible, porque ya es inminente la apertura de una temporada grande más: la 2018-2019.

Gracias por su atención.

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ENTRE LA ZOZOBRA y LA GENEROSIDAD…, SIEMPRE HABRÁ UN CAPOTE.

CURIOSIDADES TAURINAS DE ANTAÑO EXHUMADAS HOGAÑO.

POR: JOSÉ FRANCISCO COELLO UGALDE.

Cartel del 13 de enero de 1867. Inserción en la prensa de la época.

   Difícil comenzar estas notas precisamente hoy, día que marca dos duras efemérides en la sociedad mexicana, debido al inevitable recuerdo de aquellos terremotos, el de 1985 y los dos de 2017 que tantas desgracias causaron. Para quienes padecieron, en todos sentidos esos fenómenos naturales, va mi reconocimiento y mensaje de fortaleza.

Reconfortable es pensar que, a lo largo de los varios siglos en que las corridas de toros llevan de convivir con nuestra historia, ha habido muestras de apoyo para paliar el dolor, la pérdida que se enfrenta como resultado de fenómenos asociados con la naturaleza –temblores, huracanes, e incluso aquellos provocados por guerras, entre otros muchos-. Por ello el beneficio, la solidaridad se hacen presentes de manera incondicional. En ese sentido, recordamos el último festejo celebrado con esa intención el 12 de diciembre de 2017, en la plaza de toros “México”.

Sin embargo, vale la pena recordar que esas expresiones solidarias se remontan a muchos años atrás, siendo entre algunas de las primeras la que sucede en 1738, cuando la Cofradía del Rosario de San Agustín de las Cuevas, expresa su petición para lidiar toros en la plaza levantada en dicho sitio, el día de la fiesta del Rosario y “así poder Beneficiarse de las limosnas”. En efecto, era la iglesia quien buscaba tal apoyo y así continuar con sus labores específicas.

Existe otra evidencia, la que se registra en 1791, cuando la Intendencia de Puebla sugería ampliar la celebración de festejos taurinos, destinando las ganancias en la reedificación de casas. Tres años más tarde, y en Oaxaca, y gracias a las fiestas de toros, fue posible tener los recursos para ayudar a llevar agua dulce al pueblo de Tiacolvia.

También entre 1795 y 1796, en Querétaro la petición fue que, con objeto de lo obtenido en ciertas corridas de toros, el dinero se empleara en la obra de la alameda.

Es decir, la obra pública también era uno de los propósitos con los que el espectáculo apoyó a mejorar la imagen de aquellos sitios que habían entrado en un proceso de abandono o faltos también de mantenimiento. Así que hubo, a lo largo de mucho tiempo, entre los últimos años del virreinato y los primeros en que ya México se ostentaba como nuevo estado-nación, donde se hicieron notar infinidad de fiestas destinadas a la obtención de recursos, que no solo estuvieron pensados para el buen mantenimiento de las ciudades, sino también para el apoyo en los casos de que un meteoro natural ocasionara daños como ocurrió en la plaza de toros del Paseo Nuevo (Ciudad de México), el domingo 29 de octubre de 1865. Cuadrilla de Bernardo Gaviño. Toros de Atenco. Cuatro toros de muerte. Dos para el coleadero. Ofrenda y rifa de 10 guajolotes, cada uno con un billete de la lotería de la Virgen, seis carneros y un novillo manso.-Mojiganga de los Hombres gordos de Europa. Toro embolado para los aficionados.

La Orquesta, 2ª época, México, jueves 28 de octubre de 1865, T. I., N° 94 comentó:

“Plaza de toros.

“Sabemos que la empresa de los cuernos está preparando para el domingo 29 una magnífica función, en la que tendrá lugar la rifa de 10 guajolotes, llevando cada uno un billete entero de la próxima lotería de la Virgen de Guadalupe, de 6 y grandes y gordos carneros y de un hermoso novillo. He aquí la ofrenda que la empresa piensa dar al público que asista a la referida corrida. No es mala, ¿verdad?

Sobre todo, señores

Los guajolotes,

Que llevarán cual novias

Ricas, sus dotes.

Luego el novillo.

Y además los carneros…

Ir es preciso.

   “También sabemos que la gran función que va a hacerse a beneficio de las desgraciadas familias que han sufrido las consecuencias de la inundación en esta capital, tendrá lugar el día 1° del próximo noviembre.

“Recomendamos al público que asista a dicha función, puesto que se trata nada menos que de hacer bien a las víctimas de… de los aguaceros”.

Plaza de toros del Paseo Nuevo. Miércoles 1º de noviembre de 1865. Cuadrilla de Bernardo Gaviño. Función a beneficio de las familias pobres que han sufrido las consecuencias de la inundación. Cuatro toros de muerte (Hacienda de Atenco). Cuatro para el coleadero por parejas en competencia. Uno para la mojiganga. Uno embolado para los aficionados.

    Cuatro años antes, se gestó la misma intención, sólo que con estas razones:

Plaza de toros del Paseo Nuevo. Domingo 16 de noviembre de 1861. 6 toros de Atenco. Cuadrilla de Bernardo Gaviño. Corrida a beneficio Asistencia del C. Presidente de la República. Beneficio de las viudas, huérfanos y heridos de la Brigada Tapia, sobre unos hechos sangrientos ocurridos en Pachuca.

De 1866 y comienzos de 1867 se dieron dos tardes con fines solidarios:

Plaza de toros del Paseo Nuevo. Domingo 18 de noviembre de 1866. Cuadrilla de Bernardo Gaviño. Cinco toros de Atenco y dos más para el coleadero. Corrida a beneficio de las familias pobres de esta ciudad. Toro embolado y fuegos artificiales.

Extraordinaria y grandiosa función, á beneficio de los desgraciados que han sufrido las consecuencias del horroroso huracán e inundación de Matamoros, y otras poblaciones mexicanas de las orillas del Bravo, a la cual asistirá el Presidente de la República, C. BENITO JUAREZ. Para el domingo 3 de noviembre de 1867.

CUADRILLA DE BERNARDO GAVIÑO

Cinco arrogantes y bravísimos toros de muerte de la sin rival hacienda de Atenco.-Un torete de la misma raza para la divertidísima mojiganga denominada: EL CONVIDADO DE PIEDRA Y DOÑA INES.-Ocho toros para coleadero, por parejas, con su premio para el que logre dar caída redonda, invitando para esta diversión a todos los aficionados que quieran tomar parte.-Toro embolado para los aficionados, el que saldrá adornado, tanto en la frente como en la cornamenta, con monedas de plata para los que las tomen.-Gran partimiento ó despejo de plaza, por uno de los mejores cuerpos de la guarnición.

La Junta establecida en esta capital para procurar socorro á las familias desgraciadas que se han quedado sin recursos en Matamoros y otras poblaciones mexicanas de las orillas del Bravo, casi destruidas por el Huracán, ha organizado una brillante función de toros cuyos productos están destinados a este objeto. Los propietarios de la plaza y el dueño de los toros, se han prestado generosamente á ello, y lo mismo ha hecho el simpático y popular jefe de la cuadrilla D. Bernardo Gaviño con su desprendimiento acostumbrado. La junta espera que el público acudirá solícito a esta función, que tiene por objeto enjugar las lágrimas de muchos infelices que se han quedado sin pan y sin abrigo.

ORDEN DE LA FUNCION

1.-Tan pronto como se presente en su palco el C. Presidente de la República se procederá al GRAN DESPEJO O PARTIMIENTO DE PLAZA

2.-Una vez despejado el redondel, se procederá a la lid del primer Toro de muerte.

3.-Dará principio el Coleadero por parejas, y al que diere caída redonda, se le entregará un ramito con escuditos de oro.

4.-Toro de muerte lidiado por la cuadrilla.

5.-Otros dos toros de cola por dos parejas, con premio.

6.-Toro de muerte lidiado por la cuadrilla.

7.-Otros dos toros de cola por pareja, con premio.

8.-Toro de muerte lidiado por la cuadrilla.

9.-Otros dos toros de cola por pareja, con premio.

10.-Toro de muerte lidiado por la cuadrilla.

11.-Graciosísima mojiganga denominada:

EL CONVIDADO DE PIEDRA Y DOÑA INES

Con acompañamiento de Esqueletos, Diablos, etc.

12.-TORO EMBOLADO

Para los aficionados, el que llevará de ofrenda en la frente y cornamenta, Monedas de plata para el que logre cogerlas.

PRECIOS DE ENTRADA

Lumbreras por entero para ocho personas                      $ 100

Entrada general a sombra                                                    $   10

Entrada general a sol                                                             $   02

La plaza estará magníficamente adornada interior y exteriormente. Por la junta central de socorros.-General Felipe Berriozabal, Rafael Martínez de la Torre.-M. M. de Zamacona.-Agustín del Río.-Manuel Saavedra.-General Manuel González.-Vicente Riva Palacio.-Anselmo de la Portilla.-Ramón Guzmán, Secretario.-Francisco Espinosa, Secretario.-Jesús Fuentes Muñiz, Tesorero.

Las puertas de la plaza se abrirán a la una de la tarde, y la función empezará a las tres y media.

NOTA.-Los boletos se expenden desde la víspera de la función, en el Puente de San Francisco junto al núm. 4; y en las casillas de la plaza el día de la función desde la una.

Plaza de toros del Paseo Nuevo. Domingo 13 de enero de 1867. Función extraordinaria de toros, a beneficio del “Hospicio de Pobres”, por unos aficionados. Toros de Atenco.

Las evidencias anteriores son apenas una pequeña muestra de cómo, la tauromaquia se ha mostrado generosa en diversas épocas, apoyando a los damnificados de este o aquel fenómeno natural; de esa o aquella circunstancia que provoca vulnerabilidad e incertidumbre. Ayudas como esas, se agradecen.

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EL APELLIDO BARBABOSA y SU RELACIÓN CON EL TORO BRAVO MEXICANO.

CURIOSIDADES TAURINAS DE ANTAÑO EXHUMADAS HOGAÑO. 

POR: JOSÉ FRANCISCO COELLO UGALDE.

Originalmente se trataba de un óleo, pintado por el célebre pintor novohispano Juan Rodríguez Juárez en 1714, que hoy día existe, muy deteriorado. Una buena reproducción fotográfica y luego la copia en pintura, elaborada por un señor llamado Jorge Sánchez en 1976, permitieron recuperar aquel retrato. (Imagen proporcionada por el Arq. Jorge Barbabosa Torres).

Hace relativamente poco, una de las aspiraciones del Lic. Juan de Dios Barbabosa Kubli fue materializar la fundación que lleva su nombre, constituida en julio de 2008, como asociación civil. Resultado de esa importante decisión, fue posible consolidarla, con lo que desde el 24 de agosto pasado, toca en mi persona ocupar el digno cargo como Director de la misma. Más adelante se podrá informar públicamente sobre otros importantes detalles, siendo uno de ellos en particular, el que tiene que ver con parte de los propósitos establecidos desde su creación. Se trata, en lo fundamental, del apoyo incondicional a la cultura taurina, la que en estos tiempos necesita un empuje sin precedentes, si para ello los aficionados decidimos dar ese paso indispensable en el que necesitamos justificar y argumentar de mejor manera el porqué de la tauromaquia, a partir de actividades concretas.

Pues bien, en ese sentido, y dado que el apellido Barbabosa ha tenido relación directa con este espectáculo desde 1835 y hasta nuestros días, conviene dedicar las siguientes notas a algunos de sus personajes más distinguidos.

Las doce o trece generaciones que se han constituido desde 1706 a la fecha, ven en D. Pedro Barbabosa Gómez de Guzmán y Parreño, como al patriarca de una de las familias mexicanas cuya estirpe, a lo largo de esos 312 que separan aquel año del presente, se ha involucrado, en diversas épocas con aspectos directamente relacionados con haciendas ganaderas. En particular, me refiero a Santín, San Diego de los Padres y Atenco, en ese orden.

Pedro Barbabosa Parreño (Cortegana, Huelva, España 1673-ciudad de México 1739), se desempeñó como Contador Mayor del Real Tribunal y Audiencia de Cuentas de la Nueva España y del Perú, en 1711.

Fue hasta 1770 aproximadamente, en que Felipe Barbabosa y Quixano (su hijo), Fiscal de la Real Hacienda de México adquirió la entonces antigua hacienda conocida como Santín, y que fue propiedad del Sr. Pedro Santín, de cuyo apellido se desprende el emblemático nombre que desde entonces llevó. Para 1835 existen los primeros testimonios en los que entre sus actividades como unidad de producción agrícola y ganadera, fue la de dedicarla a ganadería de toros bravos. En notas aparecidas en la “Testamentaría de D. Clara Cruz Manjarrez. 1834”, y en la foja N° 52, se anotaba lo siguiente:

Ganado bacuno. (…) 26 toros de 3 años para toreo a 16 ps. Además: 188 Bacas paridas de chiquito muy buena calidad a 18 ps.

Luego fue en 1863, cuando Jesús María y Rafael Barbabosa Arzate, adquirieron San Diego de los Padres.

“Esta Azienda fue del justísimo señor don Juan de Zumárraga, Arzobispo de México, y en este paraje tuvo su capilla su memoria y su beneración”, se lee en una losa, que mandó grabar sobre las ruinas de esa capilla, el señor don Bernabé Serrano, dueño de la hacienda en el año de 1736. Una cruz de piedra se irguió, junto a la losa, también por mandato del señor Serrano. Según noticias de esa inscripción, don Simón de la Cuadra, era el administrador de la “Azienda”, el 6 de octubre del año mencionado. Antes de que la propiedad fuera de don Bernabé Serrano, el Arzobispo don Juan de Zumárraga, anterior dueño, cedió la hacienda a los padres dieguinos (Padres Agustinos Misioneros de San Nicolás de las Islas Filipinas), y a causa de esta donación, desde entonces esas tierras se llamaron de San Diego de los Padres. Muy cerca de donde estuvo la primitiva capilla, cincuenta varas al sur de ella, se construyó otra, empezándose su edificación el 7 de enero de 1873, por mandato de quien en aquellos tiempos era propietario de esas tierras, y fue fundador de la ganadería brava de San Diego de los Padres, el señor don Rafael Barbabosa. La nueva capilla terminó de construirse el mismo año, el día 5 de octubre, colocándose diez días después de la conclusión de la obra, o sea el día 15 de ese mes, una placa que da noticia de ello.

Rafael Barbabosa Arzate y su hermano José María Barbabosa compraron San Diego de los Padres el 13 de octubre de 1863 a Refugio San Román de Cortina, por la cantidad de $33,600.00. Para entonces, la hacienda contaba con 863 hectáreas.

En 1887 murió don Rafael y heredó a sus hijos las Haciendas de Atenco, de San Agustín, de Santiaguito, de la Estancia de la Vaquería de Tepemajalco, de Zazacuala, de San Diego de los Padres y algunas casas en México como una en la calle de Puente Quebrado y otras más en Toluca entre ellas la del Callejón del Carmen N° 3 que pertenecían a esta familia, cuando menos desde 1850, y que fue la primera en llamarse Casa Barbabosa, hasta que en 1872 su hermano don Jesús María inició la construcción de la Casa Barbabosa del Jardín de los Mártires que fue la segunda en así llamarse.

El testimonio que Aurelio Barbabosa Saldaña escribiera el 6 de diciembre de 1889, explicando la forma en que se consolidó esta hacienda ganadera, no tiene desperdicio:

Siendo el señor mi padre, D. Rafael Barbabosa (q.d.p.g.), sumamente aficionado a las corridas de toros, tuvo positivos deseos de tener en su hacienda toros bravos, y no pudiendo lograrlo por otro medio, en el año de 1863 puso en práctica lo siguiente: comenzó a escoger en el ganado que existía los toros que daban más prueba de bravucones para echarlos de padres con las vacas, haciendo esta operación cada año hasta que el 15 de octubre de 1868 que en una fiesta de la hacienda se dio una corrida a la cual asistieron varios aficionados de Toluca, quienes quedaron muy complacidos del buen juego y bravura de los toros y con deseos de verlos torear en la plaza de Toluca y por una cuadrilla de profesión, lo que consiguieron formando una empresa y ajustando al matador Pablo Mendoza y su cuadrilla para que torease de estos toros, que fueron anunciados con el nombre de “únicos competidores de los de Atenco”, y cuya corrida se verificó en el mes de Marzo de 1869, quedando el público tan satisfecho que indulto uno de ellos por haber sobresalido en la lidia.

   Una vez conocidos dichos toros de la manera indicada, en Abril del mismo año de 69, el empresario de la Plaza de Puebla, Sr. Rodríguez, por recomendación de Pablo Mendoza, vino a ajustar toros de esta finca, habiendo agradado al público de tal manera, que desde esa época las empresas de esa ciudad, siguieron año por año ajustándolos para la temporada de Octubre a Febrero, hasta 1881 en que comenzaron a jugarse en la plaza del Huisachal, y por último en las del Paseo y Colón de México.

   Desde Lino Zamora, Abraham Parra, (Luis) Mazzantini y otros muchos toreros, se han presentado por primera vez lidiando estos toros.

   Sus hechos más notables son: por su nobleza, la de un toro de nombre Capulín que se había familiarizado tanto con el vaquero que lo cuidaba, que dormía cerca de él; al ser conducido para Puebla, y estando jugando con mucha bravura y después de haber matado con coraje los caballos de los picadores, arremetió contra el mismo vaquero a quien Bernardo Gaviño había hecho salir al redondel; como entonces el vaquero al verse arremetido le grita por su nombre y el toro baja la cabeza y sigue por otro rumbo.

   Volvieron a salir los picadores y siguió jugando con el mismo valor hasta ser indultado. Este toro murió a los pocos días por haber quedado muy lastimado por tantos piquetes.

   Se hicieron notables, igualmente, dos toros llamados el Azote, cuyo mismo nombre tenían por su semejanza en todo y que fueron indultados en Puebla; lo mismo que un pinto [El “pinto”, como se designaban entonces, pudo haber tenido varios colores verdaderos: aparejado, berrendo en cárdeno, berrendo alunarado, berrendo atigrado, berrendo capirote. E incluso sardo] llamado el Tigre, un amarillo [amarillo es equivalente a albahío] y un hornero [que corresponde al retinto] llamado el Pirata, y así otros que generalmente eran indultados y volvían a la hacienda quedando de padres con las vacas; asimismo se hizo notable en Tenancingo un toro que mató siete caballos, otro en Tlalnepantla de nombre el Gendarme, y por último, en la misma plaza el Flecha, que causó tal entusiasmo al Ministro Español, que llamó a Bernardo Gaviño a su palco y le regaló su petaca de puros, diciéndole: “con estos toros no se extrañan los de España”, (Clementina Díaz y de Ovando, Carlos VII. El primer Borbón en México, 1978, p. 64) debiendo agregar que el toro llamado Gendarme, que fue lidiado por la cuadrilla de (Juan León) el Mestizo y (Fernando Gutiérrez) el Niño, dejó horrorizado al público, pues quedaron en el redondel cinco caballos no solo muertos sino hechos pedazos.

Y con respecto a Atenco, conviene apuntar el hecho que, desde 1878, los mismos hermanos Jesús María y Rafael Barbabosa Arzate, entraron en acuerdos con Juan Cervantes y Ayestarán, último descendiente de la casa Condes Santiago-Calimaya, a quien compraron la hacienda y sus aperos. La prohibición que se impuso a las corridas de toros en la ciudad de México desde 1867 y hasta 1886, obligó a muchas haciendas dedicadas a la crianza de toros de lidia a bajar su producción. Sin embargo, en Atenco, y como quedará demostrado a continuación, por lo menos en aquel bienio 1878-1879, se mostró muy activa:

Año de 1878.

-PLAZA DE TOROS DE TLALNEPANTLA. Domingo 20 de enero. Cuadrilla de José M. Hernández. Se lidiarán cuatro arrogantes toros de los mejores cercados de Atenco y dos toros para el coleadero.

-PLAZA DE TOROS EN TLALNEPANTLA. Domingo 27 de enero. Cuadrilla de aficionados. Ascensión del Sr. Cantolla que dedica al C. General Porfirio Díaz. A continuación, se lidiarán a muerte dos valientes toros de la justamente afamada raza de Atenco. Otros tres toros, entre otros, el embolado.

-PLAZA DE TOROS DE TOLUCA, EDO DE MÉX. 10 de febrero. ¡¡CUATRO VALIENTES TOROS DE MUERTE, DE LA RAZA DE ATENCO! GRACIOSA MOJIGANGA: EL CASAMIENTO DE LOS INDIOS. TOROS EMBOLADOS. La cuadrilla del hábil lidiador Abraham Parra (El Borrego), contribuirá por su parte a amenizar la función, con difíciles y lucidos juegos tauromáquicos (…)

-PLAZA DE TOROS DE TOLUCA, EDO DE MÉX. 17 de febrero. ¡¡CUATRO TOROS DE MUERTE, DE LA RAZA DE ATENCO! MOJIGANGA: TIPOS CUBANOS, EN ZANCOS. TORO EMBOLADO.

-PLAZA DE TOROS DE TOLUCA, EDO DE MÉX. 24 de febrero. ¡ÚLTIMA, ÚLTIMA GRAN CORRIDA! CUATRO TOROS DE ATENCO. Se presentará la cuadrilla (Abraham) PARRA. En el intermedio del segundo al tercer toro, saldrá la graciosa mojiganga de MOROS Y CRISTIANOS.

-PLAZA DE TOROS EN TLALNEPANTLA. Domingo 24 de febrero. Una compañía de jóvenes aficionados lidiará soberbios bichos de Atenco de cuatro a cinco años de edad.

Espadas: Luis Rivas y Fernando Córcoles.

Banderilleros: Teodoro Gayosso, Luis Llano, Luis Lozano y Francisco Durán.

Capas: Ángel Yermo y Rafael Cancino.

Picadores: Manuel Plowes, G. de la Llave, José González y Francisco de la Fuente.

Locos: Pedro Valdes y Zorneza.

Lazadores: Manuel González Aragón, Manuel Brasseti, Mora, Dosamantes y Kern.

Coleadores: José González y Alfonso Labat.

(El Monitor Republicano, D.F., del 22 de febrero de 1878, p. 4).

-PLAZA DE TOROS DE TOLUCA, EDO DE MÉX. 5 de mayo. Sobresaliente corrida. Cuadrilla de Abraham Parra. Seis toros de Ayala, Santín, Atenco, San Diego de los Padres y Santa Isabel.

-PLAZA DE TOROS DE TOLUCA, EDO DE MÉX. 15 de septiembre. Cuatro toros de la acreditada Hacienda de Atenco. Cuadrilla (Abraham) Parra. Al finalizar la función, saldrá un bravo toro EMBOLADO.

-PLAZA DE TOROS DE TOLUCA, EDO DE MÉX. 1º de diciembre. Cuatro bravos toros de Atenco. Provisto Monte Parnaso. Cuadrilla (Abraham) Parra. Al finalizar la función, saldrá un bravo toro EMBOLADO.

-PLAZA DE TOROS DE TOLUCA, EDO DE MÉX. 8 de diciembre. Lid de dos bravos toros de Atenco. Divertida mojiganga por los indios BÁRBAROS CHICHIMECAS, y toro embolado. La cuadrilla, aunque no se mencionan datos en el cartel, incluye en la misma al intrépido Francisco Salazar.

-PLAZA DE TOROS DE TOLUCA, EDO DE MÉX. 22 de diciembre. 4 Toros de Atenco. Divertida mojiganga EL CASAMIENTO DE LOS INDIOS. Toro embolado. No hay datos sobre los alternantes de tal festejo en el cartel.

-PLAZA DE TOROS DE TOLUCA, EDO DE MÉX. 29 de diciembre. Beneficio de la cuadrilla que dirije el intrépido y modesto capitán ABRAHAM PARRA. Cuatro arrogantes toros de Atenco. Banderillas a caballo, por el hábil picador Joaquín Rodríguez. Dos toros a la cola, dos a manganeo y un embolado.

Además, el cartel, incluye las cuatro siguientes cuartetas:

AL PÚBLICO.

 La cuadrilla de Parra te presenta,

Público, su función de beneficio;

Si te mostrares a su afán propicio,

Sus deseos satisfechos dejarás.

 

Y ¿a quien mejor encomendar la suerte

De esta función que tantohemos deseado,

Que a tu grande bondad, público amado?

Por eso su mescenas (sic) tú seras.

 

En agradarte, ¡oh público bondadoso!

Cualquier artista en vano se afanara

Si antes con tu indulgencia no contara,

Cual creemos nosotros hoy contar.

 

Tú que admitiste hasta el presente día,

Nuestros trabajos con bondad ingente,

Por la postrera vez, ven indulgente,

De distracción, un rato a disfrutar.

 (Con la firma probable de la cuadrilla, aunque con inspiración de poeta anónimo).

 Año de 1879:

-PLAZA DE TOROS DE ZARAGOZA, TOLUCA, EDO DE MÉX. 9 de febrero. Función dedicada al valiente y entusiasta pueblo y a todos los artesanos de esta hermosa ciudad. Cuatro arrogantes toros de la acreditada hacienda  de ATENCO, los que serán escogidos de la RINCONADA DE SAN GASPAR. Se presenta la intrépida y valerosa JUANA ESTRADA, la que banderillará un toro de la misma raza, subida en una mesa. Yeguas a la mangana y toro embolado.

-PLAZA DE TOROS DE ZARAGOZA, TOLUCA, EDO DE MÉX. 16 de febrero. Dedicada al Srio. del Gobierno Lic. José Zubieta, y a todos los dignos Empleados del mismo, de esta capital. Lid de cuatro toros de la acreditada raza de Atenco. Mojiganga de MOROS Y CRISTIANOS, vistosos fuegos artificiales, luces de bengala. No hay datos de alternantes en el cartel.

-PLAZA DE TOROS DE PUEBLA, PUE. Domingo 13 de abril. Bernardo Gaviño y Ponciano Díaz, en la lidia de toros de Atenco. Esa tarde, el decano torero español concede una “alternativa” simbólica, puesto que el también conocido como “patriarca” no ostentaba el grado de matador de toros con alternativa.

La confirmación de este dato, aparece publicada en El Contemporáneo, San Luis Potosí, del 18 de abril de 1899, p. 2 que dice lo siguiente:

“Contratado por Bernardo Gaviño fue a Puebla, alternando allí con el viejo espada.

“Al fin tuvo que aceptar la dirección de la cuadrilla que toreaba en Puebla, inaugurando su carrera de espada en dicha ciudad el Domingo 13 de Abril de 1879, siendo sus padrinos los Sres. Azpíroz y Quintero.

“Se lidiaron esa tarde, cinco toros de Atenco, que fueron muertos a estocada por toro, conquistándose Ponciano en aquella para él memorable tarde, grandísimas ovaciones”.

-PLAZA DE TOROS DE ZARAGOZA, TOLUCA, EDO DE MÉX. 3 de mayo. Los productos de la corrida se destinarán al establecimiento de talleres en la cárcel de esta ciudad. Presentación del primer espada Benito Mendoza. 5 toros a muerte de las haciendas de Atenco, Comalco, San Nicolás Peralta, Salitre y Sila, y un embolado de Santín.

-PLAZA DE TOROS DE ZARAGOZA, TOLUCA, EDO DE MÉX. 11 de mayo. Cuatro valientes toros de la raza DE ATENCO. Banderillas a caballo por el inteligente Felipe Hernández. Presentación por primera vez en esta capital de la simpática e intrépida María de Jesús Solorio, que capoteará y banderillará a pie y a caballo al toro que mejor se preste. Mojiganga LOS HOMBRES GORDOS DE FRANCIA y toro embolado.

-PLAZA DE TOROS DE ZARAGOZA, TOLUCA, EDO DE MÉX. 18 de mayo. 4 toros de ATENCO. Cuadrilla mexicana dirigida por Fernando Hernández, discípulo de Bernardo Gaviño. Competencia entre las valerosas JUANA ESTRADA Y MARÍA SOLORIO. Mojiganga REMODA ENCANTADA y toro embolado.

-PLAZA DE TOROS DE ZARAGOZA, TOLUCA, EDO DE MÉX. 25 de mayo. A beneficio de Francisco Salazar. Cuatro fieras de Atenco. Ascensión aerostática, presentación de la diosa Calipso o sea la mujer encantada. Banderillas en zancos por el intrépido Mónico Rodríguez. Toro embolado.

-PLAZA DE TOROS DE ZARAGOZA, TOLUCA, EDO DE MÉX. 1º de junio. “Soberbio ganado de la hacienda de Atenco. Cuadrilla de Ponciano Díaz. Toro embolado. “Habiendo terminado la temporada en la ciudad de Puebla, en donde fui elevado al difícil rango de primer espada, por la benevolencia de tan ilustrado público, me he propuesto antes de disolver mi cuadrilla dedicar una función, que tenga por objeto, pagar un justo tributo a mis paisanos ofreciéndoles mis humildes trabajos; si estos son acogidos con agrado quedará altamente agradecido S.S. Ponciano Díaz.

-PLAZA DE TOROS DE ZARAGOZA, TOLUCA, EDO DE MÉX. 8 de junio. “Soberbio ganado de la hacienda de Atenco”, y toro embolado.

-PLAZA DE TOROS DE ZARAGOZA, TOLUCA, EDO DE MÉX. Jueves 12 de junio. Cuadrilla de Ponciano Díaz. ¡¡¡ Cuatro Toros de Atenco!!! Además, la mojiganga “Pirata barverisco y los soldados del Sultán”. Toro embolado.

-PLAZA DE TOROS DE ZARAGOZA, TOLUCA, EDO DE MÉX. 16 de septiembre. Cuadrilla de Ponciano Díaz. Cuatro toros de la Hacienda de Atenco, escogidos entre los mejores de la rinconada de San Gaspar, que nunca han desmentido su bravura y fiereza. La mojiganga “Los hombres gordos de Francia” y toro embolado.

-PLAZA DE TOROS DE ZARAGOZA, TOLUCA, EDO DE MÉX. 21 de septiembre. No se encuentra mencionado el nombre de Ponciano Díaz, pero deduzco tal, debido al hecho que se menciona en el cartel sobre los hechos de la “corrida del martes último”, así como de que “por tener que marchar la cuadrilla a Puebla a donde ya está contratada para la presente temporada”. Los toros que se lidiarán (y que fueron cuatro) serán de acreditado cercado de Atenco. Además: Manganeo de yeguas cerreras y toro embolado.

-PLAZA DE TOROS DE ZARAGOZA, TOLUCA, EDO DE MÉX. 12 de octubre. Espectáculo nuevo y sorprendente en esta población. Función monstruo para la tarde y noche del domingo (…). 5 toros a muerte de la acreditada y sin rival raza de ATENCO. Ascensión de dos globos. Banderillas con la boca, por el arriesgadísimo señor Felicitos Mejía. Vistosa iluminación, luz de bengala y romana.

El programa incluye las siguientes cinco cuartetas:

Por principio de cuentas el paseo…

 Por principio de cuentas el paseo

Con que la Empresa un beneficio alcanza;

Pues alienta en los pobres la esperanza

Y despierta en los ricos el deseo.

 

La música que sigue a la cuadrilla

Frente a la plaza tocará galana;

Inspiración de caridad cristiana

Y obsequio para elegres sin cuartilla.

 

A las cuatro y tres cuartos (si ese cielo

Adonde irán los Toros de seguro)

No pone a la cuadrilla en gran apuro,

Y a la gente de rumbo sin consuelo.

 

Tendrá al querido público la suerte

De ver veinte caballos sin sentido

Sin exhalar, heróicos, ni un gemido,

Y CINCO TORO, ¡ATENCIÓN! A MUERTE.

 

Y como todo regocijo cuesta

Y a fuerza de pesetas se conquista,

Si lo tienes a bien, público artista

(Según tus medios) lo siguiente apresta.

Versos de inspiración anónima.

-PLAZA DE TOROS DE ZARAGOZA, TOLUCA, EDO DE MÉX. 16 de noviembre. Lid a muerte de cuatro TOROS DE ATENCO. Cuadrilla Hernández. Nueva y divertida mojiganga de D. QUIJOTE EN SU FAMOSO ÁRABE, SÁNCHO PANSA EN SU QUERIDO ASNO, y DOÑA DULCINEA DEL TOBOSO, ENSUEÑO DORADO DEL ILUSTRE MANCHEGO. Banderillas a caballo por Felipe Hernández. Banderillas sobre un banco frente al toril, por Rafael Albarrán.

-PLAZA DE TOROS DE ZARAGOZA, TOLUCA, EDO DE MÉX. 25 de noviembre. 5 toros de ATENCO, lidiados por una “Cuadrilla de Comanches”. Además: Palo ensebado, jaripeo y jineteo de yeguas brutas. Dos toros a la cola y toro embolado.

-PLAZA DE TOROS DE ZARAGOZA, TOLUCA, EDO DE MÉX. 7 de diciembre. Sobresaliente función mixta. Verdadera lucha a muerte, al estilo romano con un oso y un bravísimo toros de Atenco. Ambas fieras en completa libertad en una jaula elevada en el centro de la plaza, en cuya lucha se versa el interés de 200 ps. Primera presentación de los hábiles banderilleros Antonio López y Marcos Ortega. 2 toros a muerte. Mojiganga “El casamiento de los indios”, y toro embolado.

-PLAZA DE TOROS DE PUEBLA, PUE. Domingo 16 de noviembre. Ponciano Díaz Salinas y su cuadrilla, lidiando toros de Atenco y San Diego de los Padres.

12 festejos en 1878 y 17 en 1879 –que no son malas cifras tomando en cuenta las circunstancias de la época-, demuestran una buena capacidad para proveer, junto con otras haciendas, esos 29 espectáculos que, como se habrá podido observar, eran eso, ¡auténticos espectáculos! Con lo anterior, queda más que claro el hecho de que Atenco seguía ostentando lugar de honor en la fiesta taurina decimonónica.

Por ahora, quedan estos primeros apuntes que seguirán más adelante, con algunos otros detalles que resignifiquen –como ya quedó dicho- este conocido apellido: BARBABOSA.

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MORANTE, ¿EXTRAVAGANTE?

CURIOSIDADES TAURINAS DE ANTAÑO EXHUMADAS HOGAÑO. 

POR: JOSÉ FRANCISCO COELLO UGALDE.

Fotografía: Arjona.

   José Antonio “Morante de la Puebla” ha comparecido en la más reciente edición de la corrida “Goyesca”, en la hermosísima plaza de Ronda. No tuvo la suerte de Cayetano Rivera Ordóñez y Roca Rey que salieron a hombros por las multitudes, y en olor de santidad.

Y es que, en uno de esos gestos protagónicos emprendidos por el sevillano se agrega este, el cual consistió en portar un traje que, a mi parecer, es la más cercana visión al traje que en tiempos denominados como “goyescos”, sirvió para que los lidiadores primitivos enfrentaran a los toros en la primera edad del toreo de a pie.

La serie fotográfica de Arjona nos deja admirar el porte del torero, donde destaca ese traje que guarda semejanzas con el de aquellas pinturas que el propio Goya y Lucientes realizó al retratar, entre otros a José y Pedro Romero o a “Costillares”.

“Morante” ha tenido de un tiempo para acá, la peculiar característica de llamar la atención en aspectos que resaltan su quehacer como matador de toros. Y lo hace dentro y fuera de los ruedos.

¡Es que es torero!, dirán unos.

¡Es que es un extravagante!, dirán otros juzgándole por atraer las miradas, pretendiendo con ello crearse un halo alimentado por comentarios y rumores. “Si van a hablar bien o mal de mi, pero que hablen”, sentenciaba en su momento la “diva” María Félix. Un libro de Francisco Reyero dedicado a otra figura, Rafael de Paula tiene un título harto exquisito: “Dicen de ti…” que en este caso aplicó también como anillo al dedo.

Pues “dicen de ti…” José Antonio, y vaya que ese traje parece pasar por alto las intervenciones de Armani, Francisco Montesinos o Lorenzo Caprile, diseñadores de nuestros tiempos. No, el traje en tonos pajizos fue recuperado de aquella esencia originaria, la que destacaba en las calles y que se metía a las plazas para vérselas con los toros. Abunda el galón, pero todavía no el brillo que poco a poco los toreadores fueron imponiendo estableciendo la jerarquización. Allí están también adornos, botones, bordados lo que se decanta por el traje de majo, sin más. Y en “majo” complementó la estampa con esas patillas a lo “Desperdicios” o a lo Montes. Un toque más: el capote de brega en seda con un color no tan intenso, más bien en un rosa pálido que también lució para el paseíllo, se convirtió en instrumento para el primer tercio, donde estuvo voluntarioso, sin más.

Anota Fernando Claramount en Historia ilustrada de la tauromaquia (I, 156) que a partir de mediados del siglo XVIII ocurre

el triunfo de la corriente popular que partiendo del vacío de la época de los últimos Austrias, crea el marchamo de la España costumbrista: los toros en primer lugar y, en torno, el flamenquismo, la gitanería y el majismo.

Abundando: «gitanería», «majismo», «taurinismo», «flamenquismo» son desde el siglo que nos congrega terribles lacras de la sociedad española para ciertos críticos.

Para otras mentalidades son expresión genuina de vitalidad, de garbo y personalidad propia, con valores culturales específicos de muy honda raigambre.

   También, al revisar la Década epistolar sobre el estado de las letras en Francia (en Julián Marías. La España posible en tiempos de Carlos III, p. 371, obra de D. Francisco María de Silve. Con licencia en Madrid: Por D. Antonio de Sancha, 1781), observamos en ella algo que entraña la condición de la vida popular española. Se aprecia en tal retrato la sintomática respuesta que el pueblo fue dando a un aspecto de «corrupción», de «arrogancia» que ponen a funcionar un plebeyismo en potencia. Ello puede entenderse como una forma que presenta escalas en una España que en otros tiempos «tenía mayor dignidad» por lo cual su arrogancia devino en guapeza, y esta en majismo, respuestas de no querer perder carácter hegemónico del poderío de hazañas y alcances pasados (v. gr. el descubrimiento y conquista de América).

Tal majismo se hace compatible con el plebeyismo y se proyecta hacia la sociedad de abajo a arriba. Lo veremos a continuación. Néstor Luján (en Historia del toreo, 31) materialmente nos hace el «quite» para decir:

(…) coexiste en tanto un movimiento popular de reacción y casticismo; el pueblo se apega hondamente a sus propios atavíos, que en el siglo XVIII adquirieron en cada región su peculiar característica.

Y hay cita de cada una de esas «características». Sin embargo

Todo se va afrancesando cuando el siglo crece. «Nuestros niños aun sabían catecismo y ya hablaban el francés», escribe el P. Vélez. Vienen afeites del extranjero: agua de «lavanda», agua «champarell», agua de cerezas. Y, en medio de todo esto, la suciedad más frenética: cuando se escribió que era bueno lavarse diariamente las manos, la perplejidad fue total. Y cuando se dijo que igualmente se debía hacer con la cara, se consideró como una extravagancia de muy mal gusto, según los cronistas de entonces.

   También apreciamos en estas fotografías impecables la chaqueta media larga, los adornos en cantidad, botones con filigrana. Ya hay una presencia de las hombreras, mangas estrechas con filigranas como remate, faja y corbatín en tonos del mejor de los tabacos, medias claras de seda, y las zapatillas que no mostraban ninguna novedad, por tratarse de la actual configuración del traje.

Un toque más: la redecilla que no solo tuvo el remate, sino un propósito de defensa en caso de alguna caída, pues se concibió en un principio con ese objeto y es tan larga como cabello se dejaban crecer en la nuca. Con el tiempo, esa redecilla devino montera. Llama la atención esa soltura del calzón, que no de ante, pero sí de una confección que se adapta a nuestros tiempos, y la casaquilla con apenas esas insinuaciones en el bordado, que hacen juego con el chalequillo que parece convertido en pechera y escudo a la vez.

Lo demás, es puro arte, “gotitas de arte” que “Morante de la Puebla” supo dispersar en el coso malagueño de Ronda, ciudad sumida en aromas que despertaron ante la convocatoria del que viene siendo, año con año ese festejo emblemático, desde aquellas épocas en las que Antonio Ordóñez lo impulsó hasta llegar a estos tiempos en que algunos excesos quedaron al margen luego de que “Morante” desfiló al modo de los “chulos” recuperando así, en buena medida, el rancio sabor de la originalidad.

Otra exquisita imagen, de las vistas de Arjona.

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