LOS QUE QUEDAN ENTORILADOS… SON ASÍ DE GRANDES.

POR: JOSÉ FRANCISCO COELLO UGALDE

No importa el tamaño del toro. Aquí, importa su bravura, su casta, también el peligro al acometer y llevar una cornamenta que podría asustar a cualquiera, menos a los toreros. Col. del autor.

Antes de compartir con ustedes la presente entrega, sólo quisiera extender mi reconocimiento a todo el personal médico del país que ha estado trabajando, incluso en jornadas extremas, con motivo de atender los casos relacionados con el virus COVID-19. A todos ellos, estas palabras de aliento, y creo que son tan valientes como el mejor y más valiente de los toreros, a quienes ha tocado lidiar un toro de trapío, pero peligroso, con malas ideas. Y, como esos grandes diestros, están saliendo airosos, por lo que las ovaciones arrecian en la plaza de la vida. La faena tiene sus riesgos, pero esos grandes toreros, tan valientes como el que más son capaces de alcanzar la gloria, como ustedes.

¡El destino toca la puerta! ¿Quién no recuerda esas cuatro contundentes notas del primer movimiento de la sinfonía Nº 5 del genio de Bonn, Ludwig van Beethoven que arrebatan y conmueven desde el momento mismo de su creación (1808) y hasta nuestros días?

Y es que 2020 representa, un antes y un después apenas en su comienzo mismo, a raíz de la declaración de una pandemia, la cual ha causado estragos como nunca antes. Neoliberalismo y globalización parecen estar sentenciadas a dejar un imperio que ya consideraban eterno y donde las sociedades tendremos que participar activamente en la creación de un nuevo estado de cosas, en lo político, lo económico, en las relaciones sociales, etc. y si la crisis se dejará notar a diversas escalas, también compartiremos con una que se extiende en el territorio taurino, donde a pesar de los enormes esfuerzos de muchos sectores que lo integran, se veían intentos. Con lo que sucede actualmente, esto tendrá que cambiar radicalmente.

Las reflexiones que ahora modelamos con objeto de reconfigurar un espectáculo taurino severamente afectado, como todos los órdenes estructurales en este país, y esto lo sabemos a partir de la presencia del “coronavirus”, nos enfrentan ante un profundo dilema, que deberá tener soluciones –si queremos involucrarnos-, por lo menos a mediano y largo plazo. En España, por ejemplo, se va apreciando el hecho de que la temporada 2020 se irá de vacío. Es muy probable que eso suceda también por acá. Así que debe separarse el andamiaje que constituye la tauromaquia, para saber cómo, a través de las alternativas más apropiadas, se normalice poco a poco el curso de sus actividades.

En una nueva condición impuesta por la pandemia misma, el trabajo, el esfuerzo tendrán que reforzarse de tal modo que el sector de ganaderos, empresarios, así como las agrupaciones de toreros y subalternos, y otras columnas que son cimiento en la fiesta brava en México, procuren o procuremos garantizar fuentes de trabajo –nada de desamparo laboral-; el ciclo tan específico aplicado en el campo bravo en el toro de lidia (cuidados, alimentación, controles sanitarios y demás particularidades). Por ahora, es lamentable saber que camadas o encierros ya preparados, tendrán como posible destino el “matadero”, y duele, pero son las decisiones a que se enfrentan los propios ganaderos.

¿Qué será bueno someter y poner al día el reglamento taurino?

Eso valdrá la pena decidirlo, y ponerlo sobre el tapete de las discusiones en forma seria.

¿Qué se tendrá necesidad de esperar un tiempo más allá de lo deseable, por la sola circunstancia impuesta por la “sana distancia”, factor que determinará, junto con las medidas ya recomendadas, el motivo para que no se lleven a cabo concentraciones masivas? O de que esto cambie los hábitos de movilidad de la gente que asista a un evento, como ya se estudia para los vuelos, o para el futuro de un turismo también nada seguro. La desescalada o el desconfinamiento van a ser muy difíciles si no se siguen las recomendaciones, como muchas de las cuales las viene sugiriendo la autoridad en salud o la OMS, por ejemplo.

Conviene esperar, y no contribuir con un posible rebrote.

Como ya sabemos, la vida después del virus no va a ser la misma, en todos los ámbitos.

Por eso, los empresarios deben tener un acierto más equilibrado en sus decisiones e intervenciones a la hora de poner en marcha un festejo, una temporada o una feria, llevando como bandera principal el profesionalismo. Y claro, para otros tantos será necesaria también la recuperación del profesionalismo en todos sus aspectos.

La fiesta, con todos sus valores históricos y culturales nos garantiza –per se-, el que volvamos los ojos hacia ella, y recuperemos entre todo aquello que posee su ESENCIA, sin más. Por lo tanto, reconfigurarla o rediseñarla es el máximo anhelo desde este aquí y ahora. Por lo anterior, como historiador, pongo al servicio de este empeño lo mejor de mi experiencia (43 años en esto); lo más que sea posible, para contribuir en la información, investigación, interpretación y diseminación de todo aquello que convenga para su refortalecimiento.

Que el espectáculo taurino no espere mucho sobre lo que el estado mexicano mismo pueda ofrecer, pues debemos sospechar que en estos momentos, la fiesta taurina no es precisamente una prioridad, y no lo será en la medida en que tampoco se ofrezca una clara evidencia si no hay garantía de que el espectáculo pueda, a partir de esta valiosa oportunidad, convertirse en una verdadera industria cultural, y que por sus contribuciones directas, vinculadas sobre todo por labores en pro de la beneficencia, no aparezca en el teatro de los acontecimientos.

Es de todos conocido que en 2026 se conmemorarán 500 años de tauromaquia en México. Tamaña oportunidad, nos pone a quienes hemos de procurar documentar su enorme presencia, en el dilema sobre su futuro. No es solo la fiesta por la fiesta, sino recobrar significados de profunda relación entre diversas sociedades, a lo largo de miles de años, cuando el hombre entró en relación directa con los animales o especies vegetales y desde ese momento, comenzó un proceso de domesticación. Con los siglos, la relación hombre y toro tuvo la posibilidad de que se enriqueciera de una profunda ritualidad, y luego con razones técnicas o estéticas que acabaron por convertirlo todo esto en una representación de la vida y de la muerte.

Es por eso que, a su debido tiempo, debe ponerse en marcha un plan de salvamento, la reconversión del espectáculo, sin galas de protagonismo. Se trata de un peculiar sector específico de economía, y como debemos hacer mucho caso al sentido común, deben quedar fuera las “picardías”, pero también los excesos o abusos deliberados de quienes pretendiendo querer recuperar esto de la noche a la mañana, precipiten un esfuerzo que, como los toros, o como el vino. Incluso como el amor, requieren tiempo, como la vida misma, a la cual hemos valorado en todos sus significados al paso de la pandemia.

¿Habrá que ponerle un nombre a ese esfuerzo?

Bueno, quizá sea lo de menos. Aquí va una sugerencia: “Fortalezas y debilidades de la tauromaquia en México frente al COVID 19 y ante un futuro cargado de incertidumbre. Soluciones integrales a mediano y largo plazo”.

El impacto, a nivel global que resuma las peores crisis recientes: la depresión de 1929-1932, las dos guerras mundiales y otros componentes, como el cambio climático o el derrumbe del mercado petrolero, el latente desempleo, dan por resultado este otro episodio que ha puesto en jaque a casi 200 países en el mundo y no naciones específicas o que entraran en conflicto. Lamentablemente, habrá naciones específicas que enfrentarán una compleja situación; o aquellas otras que entren en conflicto, como resultado de una pesadilla viral nunca imaginada, pensando que en una sociedad moderna como la nuestra ya todo estaba superado.

Nos hemos dado cuenta poco a poco que las columnas de muchos sistemas fueron vulnerables, que cedieron al primer impacto. También nos hemos dado cuenta que para quienes nos sentimos involucrados con la tauromaquia, ha llegado la hora en la cual tendremos que hacer una tarea de alta escala, profesional, que deje huella.

2 comentarios

Archivado bajo 500 AÑOS DE TAUROMAQUIA EN MÉXICO

2 Respuestas a “LOS QUE QUEDAN ENTORILADOS… SON ASÍ DE GRANDES.

  1. Alberto David Lopez

    ME HA DADO MUCHISIMO GUSTO LOS INTERESANTES E ILUSTRATIVOS COMENTARIOS EN RELACION CON LOS SERIOS PROBLEMAS QUE AL IGUAL QUE LA GRAN MAYORIA DE LOS SECTORES, CONFRONTA LA TAU- ROMAQUIA EN TODO SU CONJUNTO A NIVEL INTERNACIONAL Y DESDE LUEGO NACIONAL POR EL COVID19 QUE NOS TIENE EN JAQUE A TODO EL PLANETA Y DEL QUE HACEMOS VOTOS PARA QUE SE CONTROLE Y EXTERMINE EN EL CORTO Y MEDIANO PLAZOS, PARA QUE PAULATINA- MENTE SEA FACTIBLE VOLVER A LA NORMALIDAD, AUNQUE YA NO SERA LO MISMO. DESDE LUEGO LA MAYOR PREOCUPACION ES LA DE SALVAR VIDAS Y FORTALECER CON GRANDES RECURSOS AL SECTOR SALUD, QUE EN MEXICO, POR DESGRACIA, ES DEFICITARIO Y CARENTE DE LOS INSU- MOS, EQUIPO E INSTRUMENTAL ADECUADO E INSUFICIENTE CAPACITA- CION DE MEDICOS ESPECIALISTAS, INVESTIGADORES, ENFERMERAS Y PERSONAL DE ENFERMERIA Y AUXILIARES, AUNADO A UN PESIMO MA- NEJO ADMINISTRATIVO Y UN TORPE Y DEMAGOGICO GOBIERNO QUE ES INCAPAZ Y QUE RESALTA CON LA HEROICA Y ESFORZADA LABOR DE NUESTROS DOCTORES, ENFERMERAS Y VOLUNTARIOS A QUIENES DE- BEMOS, COMO LO HACES EN TU COLUMNA, RECONOCER Y AGRADECER SIN RESERVA. LA SOCIEDAD MEXICANA ES MUY GENEROSA Y SOLIDARIA Y SUPERARA LA ACTITUD TORPE Y SOBERBIA DE LAS AUTORIDADES. FINALMENTE, ES QUE EN EL SECTOR TAURINO, LAS PARTES QUE LO CON- FORMAN REACCIONEN SIN RESERVAS Y MOVIDOS COMO UNA FAMILIA QUE VIVE DE Y PARA LA FIESTA SAQUEN LA CASTA Y SUPEREN LA TRAGEDIA EMPRESARIOS, GRANADEROS, TOREROS, SUBALTERNOS, PUBLICISTAS, PERIODISTAS, LOCUTORES, PATROCINADORES Y LA GRAN AFICION MEXICANA EN SU CONJUNTO COLABOREMOS CON ESTE PROPOSITO. APORTACIONES TAURINAS QUE TAN ATINADAMENTE DIRIGE TODO UN PROFESIONAL, AMAN- TE Y CONOCEDOR PROFUNDO DE LA FIESTA BRAVA, SERA UN FACTOR MUY IMPORTANTE PARA MONITOREAR LAS ACTIVIDADES Y PUBLICITAR LAS FOR- MAS EN LAS QUE TODOS PODAMOS CONTRIBUIR. UN FRATERNAL SALUDO. ________________________________

    • Estimado Alberto David López: Agradezco su amable comentario. Me siento afortunado en que pasen por aquí, lectores sensibles como usted.
      Ojalá que la situación actual pase, y que en breve pongamos atención a todo lo que deberá reponerse para luego, pasar a circunstancias que nos son entrañables, como es el caso de un legado que en este blog, procuro trascenderlo.

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