POR: JOSÉ FRANCISCO COELLO UGALDE.
Hoy, 16 de diciembre de 1815, en esta noble y leal Ciudad de México, un pregonero ha colocado, como es costumbre, el siguiente
AVISO AL PÚBLICO
Advirtiendo con extremo dolor el Excelentísimo Señor Virrey la desnudez de la Tropa del Ejército de este Reino, y las escaseces del Erario, proyectó su inimitable celo en Superior Decreto de 5 de Julio último, que para remediar aquella necesidad de los ilustres defensores de la Patria, se erigiesen en ramo de Real Hacienda las corridas de Toros que anualmente deberán celebrarse, con el objeto de que sus productos se inviertan en construcción de vestuario, y hospitalidades de dicha Tropa.
Este arbitrio, que a un tiempo proporciona la diversión más genial y honesta a los habitantes de esta Capital, y la contribución voluntaria que se necesita para tan importante fin, comenzará a tener efecto en el presente mes de Diciembre, bajo el método y reglas semejantes a las que se observan en Europa, para quitar toda arbitrariedad a los Contratistas o Tablajeros en la alteración de los precios de los asientos con perjuicio del Público, y la mal versación de intereses con detrimento de la negociación, como se notó en las corridas destinadas al vestuario, en que sin embargo de que S.E. concedió gratuitamente cuatro por las tardes a los compradores de Cuartones, y ocho a los Contratistas por la moderada gratificación que ofrecieron para aquel fondo, experimentaron considerable pérdida.
Las corridas se celebrarán por las tardes, comenzando después del despejo, a las tres y media en los meses de Invierno, y a las cuatro en los de Primavera, excusándose las de las mañanas para que no tengan tanta distracción los Artesanos y demás, sino que aprovechándolas con afanar su trabajo, puedan lograr la diversión sin desatender los talleres, con cuyo objeto igualmente está dispuesto que sean los días de fiesta, a excepción de las festividades más solemnes, y Lunes de cada Semana, cuando no haya necesidad de mudar la tarde, o de aumentar otra en la Semana; en el concepto, de que las de días de fiestas se lidiarán Toros despuntados como en Jamaica, Plaza de D. Toribio y Palenque de Gallos, porque no están permitidos los puntales, y las tardes de días de trabajo serán puntales.
Al intento se ha formado una Plaza amplia, lucida y bien reforzada a espaldas de la Parroquia de San Pablo, por la extensión que presta su terreno, sin haberse hallado otra igual más inmediato al centro de la Ciudad, teniéndose presente que otra ocasión se situó la Plaza en el paraje en que ahora se halla la Parroquia, y no sirvió la distancia de retrahente (sic) al concurso.
La Plaza está cercada con tapia de mampostería, para que solo tenga entrada por sus cuatro puertas. En lo exterior de la cerca y entre puerta y puerta, hay dos Casillas para el expendio de los Boletines, teniendo cada una dos puertas, una de entrada en que hay rotulones de los Cuartones progresivos que comprende, y en ella la tarifa del precio de los asientos, y otra de salida, para evitar que tropiecen unos con otros. Se compone la plaza de setenta y siete cuartones, cuatro menos de los que tuvo la última del Volador; pero para la mayor comodidad del Público, tiene una vara y tercia más de alto, e igual aumento de ancho, siendo mucho más amplios los corredores, pasadizos y escaleras.
En el tendido de cada cuartón se acomodarán cincuenta y seis personas; ocho en delantero de los dos balconcillos, y cuarenta y ocho en las seis gradas, (…) en cada una, y no nueve o diez como antes se colocaban sufriendo opresión e incomodidad, habiéndose omitido el que llamaban redoble, porque era indecente y expuesto por el contrapeso desigual que hacía.
En cada lumbrera se colocarán diez y seis personas: cuatro en el delantero balconcillo, y doce en otros tres bancos en escala, quedando hueco suficiente para sentarse en ellos por tener la puerta embutida en el respaldo.
En las cinco gradas bajas de cada cuartón se acomodarán cuarenta personas a ocho en cada una, y no nueve o más como lo hacían los Tablajeros.
En las lumbreras de sombra que llevan entrepaños de siete cuartas de alto para que puedan ver toda la Plaza por sus claros los que estén sentados en terceros y cuartos lugares, son los asientos en bancos cómodos, y en las de Sol, los delanteros o balconcillos son también en bancos, y los segundos, terceros y cuartos asientos en gradas corridas, no llevando entrepaños para que sea menos el calor y se tenga franca la vista, pero sí van con respaldo como las de sombra.
Sin distinción de personas ni clases, nadie podrá entrar a la plaza sin boleto que acredite el pago, y estos se expenderán en las citadas ocho Casillas desde las diez de la mañana, y para comprarlos se entrará por la primera puerta y recibido se saldrá por la otra, en donde habrá un sujeto a quien se presente para que corte una de las puntas que van señaladas, a fin de precaver que pueda volver a la Casilla dándose por invendido con perjuicio del ramo; en el concepto, de que los Boletines valen tanto al principio como al fin de la corrida.
Cada puerta de la Plaza tiene dos postigos, para que entren uno a uno manifestando el Boletín al portero, y confrontado lo dejará pasar, habiendo (…) sujeto que corte al Boletín la otra esquina señalada, para evitar el que los Tablajeros o concurrentes lo tiren de la parte a fuera como podía suceder, desde que entrara de balde alguna persona, manifestando en la puerta el Boletín que ya había servido para otra.
Después se presentará al acomodador que colocará a la persona en el lugar numerado que exprese el Boletín, y cuidará de recogerlos todos al segundo toro para ver si cada uno ocupa su asiento, y no antes, a precaución de que por olvido o malicia pase al superior, quien lo pagó inferior.
Nadie podrá salir de la Plaza para volver a entrar a ella con pretexto alguno, a menos que compre nuevo Boletín, si no se han acabado, respecto a que el que tomó primero tendrá ya recortadas las puntas, que es el signo para que no se reciban al entrar, o estará recogido por el acomodador; en inteligencia de que para las urgencias naturales, habrá suficientes lugares comunes apoyados a las Casillas.
No se permitirá a persona alguna entrar a pasear la Plaza sin que lleve el Boletín comprado, porque sería inaveriguable en la confusión las que se quedaban dentro de ella, colocándose en gradas u otros asientos sin pagar; y si hay algunos que no quieran asistir a la lidia, sino solo pasear la Plaza, comprarán Boletín del ínfimo precio de 2 rs. aunque no usen del asiento.
Todas las indicadas precauciones se dirigen al buen orden y comodidad del Público, y a asegurar el interés de la Real Hacienda; y tratándose de quitar la arbitrariedad de los Tablajeros y Contratistas en el precio de los asientos, que unas veces y en señalados días eran excesivos, y otros muy ínfimos, se fija el de cada uno con equidad, respecto a que son enormes los gastos por el subido valor de los Toros, Caballos, salarios, materiales, utensilios, &c.
Tarifa del precio de los asientos de cada Departamento
SOMBRA
En Tendidos.
Delantero en balconcillo. . .. . 8 reales.
En la seis gradas. . . .. . 4 reales.
En las Lumbreras altas y bajas.
Delantero en el balconcillo. . … . 10 reales.
En el banco segundo. . . .. . 6 reales.
En el tercero y cuarto. . .. . 4 reales.
En gradas bajas
En el delantero de la contravalla. … . 10 reales.
En las otras cuatro gradas restantes… . 8 reales.
SOL
En Tendidos.
Delantero en el balconcillo. . .. .. 6 reales.
En las seis gradas. . . .. . 2 reales.
En Lumbreras altas y bajas.
Delantero en el balconcillo en banco. .. 6 reales.
En la grada primera. . . . . 4 reales.
En la segunda y tercera. . . . 3 reales.
En gradas bajas.
En el delantero de la contravalla. . . 6 reales.
En las otras cuatro restantes. . . 4 reales.
No se detallan cuartones de media sombra, porque según el círculo del Sol, varían y se mueven controversias sobre los precios, como se ha experimentado en las corridas anteriores.
Cuando quiera alguna persona tomar Lumbrera por entero en sombra para cada corrida o la temporada, ocurrirá a casa de mí el Intendente, la víspera, para que como comisionado la mande separar, y se le darán cada día en la Casilla que corresponde el número del Cuartón, los diez y seis Boletines, que importan doce ps., con la advertencia, de que si el dueño quiere poner otros asientos, lo avisará al acomodador para que quite los bancos, pero nunca se adornará de otro modo la Lumbrera, porque debe guardarse la uniformidad de la Plaza, como se observa en el Coliseo.
Al anunciarse alguna función sobresaliente, pudiera haber quien comprara Lumberas u otra clase de asientos para revender a mayor precio que el que expresan los Boletines, con la esperanza de que el concurso excediera a la capacidad de la Plaza, se impide esta negociación como contraria a la máxima del Gobierno, de dar valor fijo a los asientos para evitar alteraciones con perjuicio del Público, y si se justifica contravención, serán castigados los transgresores con multa o prisión.
Si algún dependiente de las Casillas en que se expenden los Boletines, acomodador, portero, &c., faltare al cumplimiento de sus obligaciones, exigiendo gratificación para cambiar los asientos, o de otro modo que de motivo de queja a los espectadores, ocurrirán éstos a mí el Intendente de esta Capital y su Provincia, comisionado por la Superioridad para lo económico y directivo del ramo, y tomaré las providencias que convengan a la satisfacción del agraviado.
Pudiendo suceder que se falsificasen algunos Boletines, deben hallarse precisamente duplicados, en cuyo caso será obligación del acomodador detener las personas que los tengan, y darme parte inmediatamente para hacer Yo el reconocimiento de los verdaderos, y la indagación del autor o autores de los falsos, para que se les aplique el castigo correspondiente.
Las gradas de los Cuartones números 75, 76 y 77 bajo los tendidos de S.E., se destinan para la Tropa del despejo de la Plaza, y las de los Cuartones de Sol números 49, 50, 51, 52, 53 y 54 para la Tropa franca, y no deberá permitirse en unas ni otras que entren paisanos o mujeres, aunque lleven Boletines que pudieran cederles o venderles los Soldados francos. México 16 de Diciembre de 1815.
Ramón Gutiérrez del Mazo (Rúbrica)

Con mucha sustancia en su contenido, creo que cada quien sacará sus propias conclusiones.
Agradezco al Dr. Marco Antonio Ramírez, propietario de la biblioteca taurina más importante de este país, la oportunidad de haber accedido a uno más de los muchos documentos de su propiedad, no pudiendo dejar de darle el crédito a él y al Centro Cultural y de Convenciones “Tres Marías”, en Morelia, Michoacán.